Decidir la paralización de una línea de producción o de una fábrica es contrario a los deseos de los empresarios y de las necesidades del país, aseguró el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, Juan Pablo Olalquiaga, quien agrega que en Venezuela muchas empresas han tenido que detener sus actividades como consecuencia de un cúmulo de controles que no permiten mantener la operatividad.
Precisó, al ser consultado en torno a las declaraciones del Jefe de Estado en el día de ayer, según las cuales las empresas que se pararan serían tomadas por los Consejos Comunales, que esto disminuye significativamente la posibilidad de abastecer de productos a los venezolanos y de generar y mantener los puestos de trabajo. Destacó que la solución al problema de abastecimiento que sufre el país no puede ser el de recurrir a la ocupación o intervención de empresas pues ya está más que demostrado que las empresas que fueron expropiadas por el Estado, fueron destruidas por el mismo Estado. La capacidad de producción de la mayoría de esas compañías fue reducida de manera importante o simplemente fueron cerradas.
Al referirse al problema eléctrico y a las apagones intempestivos, el presidente de Conindustria manifestó que el racionamiento eléctrico que se está aplicando en el país es absolutamente injustificable para un país que montó un sistema de producción, generación y distribución de electricidad para una sociedad que iba creciendo. A su juicio, esto demuestra que se perdió la capacidad de planificar.
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