Muy a pesar del triste temporal que cada día trata de minimizarnos más, siempre hay voluntad y ganas de luchar para no ser arrastrados por completo; por ello no debemos dudar de que Dios convierte las secuelas de los atropellos en bendiciones que nos llenan de energías, fe y deseos de luchar más duro y reactivar la creatividad en busca de romper obstáculos, conscientes de que la solución está incorporada al problema.
Por ello invito a todas las personas de buena voluntad que buscan el bien para todos, con trabajo digno y honesto, a que participemos masivamente en buscar soluciones que beneficien a todos y destrancar el juego. Somos muchos, pero muchos de los habitantes de este país, que nos estamos deseando el bien unos a otros y con nuestras actitudes, oraciones, fe y poder de la mente y el amor a nuestro país, conseguiremos el camino de la paz, la reconciliación, el buen convivir, el futuro y la seguridad integral de nuestros hijos y nietos, en fin, para todos y sin discriminación. El país somos todos y punto.
Estas reflexiones me permiten hacer referencia a instituciones que son dignas de admiración y respeto, nacional e internacional; ejemplos para el mundo, y aquí lamentablemente como una diana soportando dardos y más dardos o como un puchimbol, fortaleciéndose de los golpes y respondiendo con más y más trabajo, produciendo alimentos sin preguntar quiénes los consumirán: mi esfuerzo, mi sudor, mis trasnochos y mis riesgos de toda mi trayectoria de vida, y ¿por qué tánta ingratitud?, si están consciente de que somos parte de la solución y sólo deseamos producir. Pregunto por qué se les priva de todo y se les amenaza en una forma injusta. Esta institución es la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), el verdadero hogar de la familia ganadera del país.
Fedenaga durante casi setenta años le ha aportado mucho al país y su misión ha sido a esfuerzo propio, que nadie puede poner en duda y siempre será una institución que enaltece a los gremios y sus agremiados, siendo campeón de la resistencia y ejemplo de hacedores que a pesar de tantas piedras en el camino hace constar de que sí se puede.
La familia ganadera es de esas instituciones con las que contamos en nuestro país, ha demostrado su prestigio y trayectoria, es un virtuoso ejemplo a mostrar al mundo como una invitación al deber y hacer a la gente que lucha y que sólo desea el bien para el país, sin miedo y sin odio como sistema para solucionar los problemas por difíciles que sean y sin dejar fisuras.
Más temprano que tarde la familia ganadera de Fedenaga verá el fruto de su constancia y perseverancia. No hay tiempo que perder y todos están avocados al problema y a las soluciones. En muy poco tiempo han realizado once plenos ganaderos a casa llena, con los bríos renovados, con toda la fe de que pronto nos soltaremos del lazo cacho y quijada como hablamos en mi artículo del jueves pasado.
El bendito lazo cacho y quijada que tanto daño ha hecho al sector productivo, una vez desaparecido, la familia ganadera podrá hacer uso de su creatividad con sus créditos nacionales e internacionales aún vigente; ahí aparecerán todas las armas que se necesitan para enfrentar los enemigos como por ejemplo: los tractores, vehículos, rastras, birroma, cosechadoras, sembradoras, semillas, fertilizantes, estantillos, machetes, escardillas y alambre púa, por nombrar algunas de tantas fallas que necesitamos para contribuir y combatir la escasez.
A mis amigos ganaderos les digo en nombre de mucha gente que sólo desea la paz, la unión y la convivencia, que sigamos luchando “que sólo se fracasa cuando se abandona se busca excusa o se muere”, y ese no es el caso de quienes deseamos la prosperidad para todos.
Unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país…
@JGMendozabarqto
