Es una imagen inolvidable, a la vez triste e imponente: una enorme ballena muerta sobre la arena de una popular playa de California.
Decenas de visitantes se aglomeraban en torno al animal de 12 metros de largo, observándolo, examinándolo y por supuesto, tomándose fotos a su lado.
«Hay que tenerle respeto a estas criaturas tan inteligentes, tan maravillosas», comentó Cynthia Stern, de Santa Monica, quien colocó una flor al lado del cadáver e intentó colocarle encima remedios homeopáticos.
Las autoridades aún no han decidido qué hacer con ella. Una opción es trasladar la bestia de 30 toneladas mar adentro con una grúa. Otra sería cortarla en trozos que se puedan llevar en un camión. Ninguna es fácil.
«No creo que la ballena pudo haber llegado a peor playa», dijo Rich Haydon, el supervisor de la zona, explicando que es un área de difícil acceso vehicular, pero llena de surfistas.
Enterrar la ballena en la playa no es una opción porque la arena es demasiado pedregosa, dijo Haydon.
Se estima que la ballena murió de causas naturales. Fue descubierta el domingo.