Los empresarios de Bolivia rechazaron el miércoles el aumento salarial de 6% que acordaron el presidente Evo Morales y el mayor sindicato de trabajadores del país, el más bajo desde que asumió el gobierno en 2006.
«Este un golpe duro a las empresas que luchan por el país. ¿Qué van hacer la empresas que no puedan cumplir?», dijo en conferencia de prensa el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Fernando Cáceres.
Agregó que «los que no van a poder cumplir van a tener que determinar qué acciones tomar. No se descartan despidos y cierres de las empresas que no logren pagar. Este incremento duplica la inflación que tuvimos el año pasado y el incremento al salario mínimo lo triplica».
El gobierno acordó la víspera con la Central Obrera Boliviana el incremento de 6% y de 9% para el salario básico, que se aplica tanto a los funcionarios públicos como a los del sector privado. La Central es aliada política de Morales. A las negociaciones no fueron convocados los empresarios.
Bolivia tiene una economía altamente dependiente del gas natural y los minerales y el año pasado las exportaciones cayeron más de 35%.
Morales ha aplicado un modelo económico estatista que logró tasas de crecimiento promedio anual de 5% gracias a los buenos precios de las materias primas, una buena racha que terminó en 2011.
Para combatir la caída en los precios de sus principales productos de exportación el gobierno anunció una fuerte inversión estatal. El Fondo Monetario Internacional proyectó un crecimiento de 3,8% para Bolivia que, según el organismo, es la previsión de crecimiento más alta en la región.