Actualmente en Venezuela se vive un estado de violencia alimentaria, lo cual es una forma de control político, y esto lo podemos observar cuando el estado busca distribuir alimentos con total discrecionalidad, tal como lo está haciendo con las bolsas de alimentos, las cuales ni siquiera vienen con la totalidad de los productos de primera necesidad.
Dicho pronunciamiento fue realizado este lunes por la especialista en nutrición, seguridad alimentaria y gestión del riesgo de desastres, Susana Rafalli, quien participó en un foro auspiciado por la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (Apucv) denominado «Emergencia Alimentaria: El derecho a la Alimentación».
Criticó que desde la creación del ministerio de Alimentación, el mismo siempre haya sido manejado por funcionarios militares, siendo la única excepción Erika Farías en el año 2007.
«La alimentación en Venezuela siempre ha sido controlada por los militares y eso lo instauró el presidente Hugo Chávez. El actual Presidente Nicolás Maduro continua con esta política, lo que refleja un férreo control político y militar de la importación y distribución de los alimentos», aseguró.
Opina que actualmente Venezuela vive la peor crisis alimentaria de su historia y acotó que es necesario asentar bases solidas para solucionar el problema.
«No es suficiente con decretar un estado de hambruna en Venezuela, necesitamos asentar las bases para solventar la crisis e impulsar la producción de alimentos en nuestro país, dejando a un lado las importaciones de alimentos para garantizar la soberanía alimentaria establecida en la Constitución», puntualizó.
Calificó como «inmoral» el comportamiento que ha tenido la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al reconocer en dos oportunidades al gobierno venezolano por su lucha en la reducción del hambre, «cuando la realidad en el país es totalmente contraria».
Consecuencias futuras
Por su parte, la presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela, Nixa Martínez, aseguró que el venezolano no se está alimentando de la mejor manera y las consecuencias se verán en un futuro muy cercano.
«Nuestra población está atravesando una situación bastante caótica. Para nosotros los nutricionistas es lamentable que Venezuela siendo un país productor y exportador de rubros, ahorita estemos importando alimentos. Es lamentable que nosotros tengamos que esperar a que llegue un barco que nos indique cuando y que vamos a comer», dijo.
Precisó que los grupos etarios más afectados ante la crisis de alimentación que vive el país, son los infantes y los adultos mayores.
«La crisis se va agudizando y no hay mañana, nosotros podemos aguantar uno o dos días sin consumir un medicamento, pero el alimento es diario y las consecuencias no las vamos a ver ahorita, ni mañana, pero pudieran ser hasta letales, porque las personas y los niños sobre todo que no se están alimentando bien no van a poder crecer normalmente, ni van a poder desarrollarse. Las personas adultas mayores también tendrán sus consecuencias, porque los organismos se agotarán, las energías no serán las mismas y nos preocupan mucho los niños y los adultos», sentenció.
Hizo un llamado al gobierno nacional para que tome decisiones concretas en materia alimentaria y a los venezolanos los exhortó a que acudan al nutricionista, «para que los profesionales les diseñen planes de alimentación con los productos que se consiguen y no vayan ser afectados de manera drástica en un futuro».
Es un negocio
Liliana Hernández dirigente político de oposición quien también participó en el referido foro, denunció que el gobierno nacional tiene un negocio «redondo» con la importación de comida, que solo beneficia a sus países aliados y no les importa las calamidades que puedan padecer los venezolanos en materia alimentaria.
«En cualquier país del mundo los gobierno protegen a los productores de alimentos, sin embargo, en Venezuela es todo lo contrario, porque unos pocos se enriquecen trayendo productos importados», dijo.
Finalmente exigió al gobierno nacional cumplir con el artículo 305 de la Constitución Nacional referente al derecho a la alimentación y que de una vez por todas garantice «la tan trillada por el gobierno soberanía alimentaria impulsando la producción nacional y no las importaciones».