El café que consumimos los venezolanos proviene mayoritariamente de Nicaragua y otros países, porque es muy poco el grano que se cultiva en nuestro país.
Lo dice en tono adolorido Maximiliano Pérez, coordinador de la Federación Nacional de Caficultores de Venezuela.
En su opinión, la destrucción de la producción agrícola, como las de otras ramas de la economía nacional, obedece a un plan determinado del Ejecutivo Nacional.
El objetivo ha sido acabar con el aparato productivo del país.
-¿Cómo lo explica?
-La caficultura nacional desde 1730 nunca había tenido una crisis como la que se está viviendo actualmente.
Ese año la primera siembra de café fue hecha por el padre Gumilla en las márgenes del río Orinoco.
Ese cultivo ha sido un ícono de Venezuela y referencia en el mundo, afirma.
Tal es así que yo le regalé al entonces presidente Hugo Rafael Chávez Frías, un paquete de café con la marca Venezuela, que era producido en Alemania con café venezolano, refiere.
-¿Qué impresión recibió?
-Por supuesto, el jefe del gobierno quedó asombrado y parecía confundido, porque no tenía explicación de cómo nuestros granos iban a parar a aquel país para devolvernos un empaque que allá era sumamente costoso.
-¿Qué esperaba usted en ese momento?
-Lo mejor para la caficultura.
-¿Y después?
-Eso no ocurrió. Chávez no se interesó por impulsar el cultivo de ese rubro, que como ya señalé es ícono de nuestro país.
-Ahora que el café viene de otras partes, ¿cuál es su opinión?
-Dolorosa. El oprobio es que ahora la mayoría de las personas está consumiendo café, en Venezuela, pero con granos de Nicaragua, Honduras, Costa Rica y Brasil.
Esta es una burla al pueblo venezolano, comenta. Aún más: en la oportunidad que yo le dí ese café venezolano proveniente de Alemania a Chávez, le dije que debíamos nacionalizar esa marca y salir al comercio exterior con ese nombre.
Le dije, además, que no era justo que la torrefactora alemana tenía como eslogan: Café con cultura.
Esto quiere decir que en Alemania estaban vendiendo nuestra cultura.
-Dice que el café que se consume es del extranjero. ¿Y cómo es que lo venden como venezolano?
-Nosotros tenemos ahorita unos paquetes de café que dicen cien por ciento venezolano, que es café Venezuela y que es una publicidad, para mi criterio, engañosa.
La caficultura venezolana tiene unas profundas raíces ecológicas, pero sin embargo se están destruyendo los cultivos para otros fines.
Tendremos, si alguna llega a terminarse el sistema hidrológico Yacambú-Quíbor, no tendremos agua sino una zona desvastada porque en esa región había cultivos de café y ya no existen.
-¿Cuántas personas viven de la producción del café?
-Éramos 85 mil familias las que producíamos café.
-¿Y ahora?
-Apenas quedamos entre 7.000 y 8.000 famillias.
-¿Cuál es la causa?
-El descuido al cultivo, ya que no ha tenido estímulo por parte del gobierno nacional. Más le importa a los funcionarios importar el grano que empeñarse en lograr una buena producción.
Es por ello que las familias productoras del café han abandonado el campo y se han ido a abultar los cinturones de miseria de las ciudades.
-¿Qué siente usted como coordinador de la Federación al ver disminuir el número de cultivadores?
-Que se está acabando también con un postulado de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, porque estamos perdiendo parte de nuestra cultura productiva.
Sobre el particular, indica, hay que señalar que había una gran cantidad de pueblos y caseríos cuya economía estaba basada fundamentalmente en la producción del café.
-¿Cuál ha sido la mayor consecuencia de esta situación?
-Un solo ejemplo basta. Lara producía 480 mil quintales de café en 1998 y el pueblo que más comercializaba ese grano en Venezuela era Guarico.
De más de un millón y medio de kilos de café que producíamos en aquel año, exportábamos una cantidad muy importante.
Esto me hace presumir que si acaso llegamos a 100 mil quintales y tenemos que importar una enorme cantidad de quintales para que los consuma la población. Hoy más que nunca debemos tomar conciencia de lo que està pasando.
