Ni los intereses extranjeros, los intentos de salida violenta, la manipulación mediática, la guerra económica, nada de esto parece existir para un sector de la oposición: todo es culpa de Maduro. Desde el fenómeno natural “el niño”, la caída del cabello, la caspa y el sabañón, la mala suerte, los desamores, el despecho, todo es culpa de Maduro. Y por lo tanto toda la terrible crisis se solucionará al sacarlo del gobierno. Así de fácil. Para ellos no existe la crisis de la renta petrolera, los daños del rentismos y la cultura petrolera, todo es culpa de la ineficiencia de Maduro, de su incapacidad por no ser un egresado de Harvard, sino un simple obrero, y que además lo propusiera Chávez como su continuador, nada de esto le perdonan. Los que desde la oposición le temían a enfrentar a Chávez, pero también en lo interno, los aduladores que proliferaban, hoy prepotentemente “piden la cabeza” de Maduro.
Difícilmente exista en el mundo un presidente que haya sido atacado de la forma en que lo ha sido el presidente constitucional de Venezuela. No se trata de una defensa en ultranza, bastante criticas le he hecho, y además él se sabe defender muy bien solito. Lo que no han podido es hacerle lo que están aplicando en otros países de América latina, acusarlo directamente de corrupción, como no lo pudieron hacer con Chávez. Desde que Chávez lo designo como ministro de relaciones exteriores, comenzaron los insultos e intentos de subestimación, por provenir de la clase obrera. Pero esta situación se acentuó con la enfermedad del presidente y su nombramiento como vicepresidente, y peor aun después del 8 de diciembre del 2012, cuando Chávez lo propone como su posible sucesor. Cuántos epítetos en su contra, cuántas calumnias, cuánto racismo y clasismo y cuánta miseria humana.
A diferencia de los que hoy se proponen y postulan abiertamente como candidatos presidenciales por la oposición- bajo el supuesto de una elección para este año- Maduro nunca pensó ser presidente, como lo ha dicho y más aun como lo ha demostrado, con humildad, su sueño era seguir a un líder, el hombre que en 1992 con valentía se levanto contra los mismos que hoy pretenden retomar el poder. Maduro a diferencia de “los hijos de papi” no hizo carrera para la presidencia, ese no era su destino, un sindicalista con lealtad se une a un movimiento para salvar la Patria.
Seguramente, a esos días previos del 8 de diciembre del 2012, fue el más sorprendido por la decisión de Chávez de proponerlo como su continuador. Fuera del choque emocional de ver desvanecer físicamente a su líder, además tener que asumir una responsabilidad que no esperaba. Pero a diferencia de lo que opina la oposición, si estaba preparado, lo ha demostrado, quién se aguanta esta guerra internacional y nacional durante más de tres años? Los 20 años junto al líder, la responsabilidad como constituyente y diputado, presidente de la Asamblea Nacional, Canciller durante cinco años, los compromisos frente al partido y los movimientos populares, todo esto aunado a su experiencia previa, junto a los obreros y a los más humildes.
Todo esto ha callado a los que desde hace tiempo lo han subestimado, quienes ingenuamente creían que en la primera presión Maduro caería o se rendiría. Primero un triunfo electoral en el contexto de la desaparición del líder, en apenas un mes tener que asumir unas elecciones, luego frente al desconocimiento de su triunfo de quienes aun no lo reconocen como presidente, los mismo que el 14 y 15 de abril del 2013 mandaron a desconocer e incendiar el país con su arrechera, en el contexto de la guerra económica que se había iniciado en el 2012, la brutal caída de los precios del petróleo, más de uno hubiese renunciado o habría sido sacado del gobierno, pues no, el pueblo resiste, esta consciente de la situación, el hombre no descansa y resiste, no se amilana. Continuará…