Yeiker Javier Mendoza García, barquisimetano de cepa, con apenas 21 años ha podido dragar con éxito los diferentes acantilados del deporte para presentarse hoy, titánico y fiero, en caso único, como doble campeón de la prueba máxima del atletismo adulto, rey de los 100 metros planos, que en traducción coloquial lleva a decir que se trata del hombre más veloz de Venezuela en la actualidad.
La propuesta de Yeiker, nombre que se lo debe a su madre, Mayra García porque ella se lo oyó a una amiga suya y así lo bautizó, ha sido simple, cual Ícaro, según la mitología griega, hijo de Dédalo, “volar, volar y volar” sobre las pistas venezolanas, empujado como una propela humana hasta dejar, a su corta edad, una rica estela, un botín que incluye títulos nacionales en todas las categorías, infantil, menor, juvenil y el par de galardones en la máxima, conquistado el primero el año 2015 en la pista del Agustín Tovar en Barinas con registro de 10.49 que viene a ser su marca personal y refrendado el viernes 8 de abril de 2016 en el mismo escenario de la ciudad marquesa que pareciera ser el paraíso de los velocistas criollos pese al calor y la humedad que la envuelve en toda la comisura del piedemonte andino.
“Superado el error de los 30-40 metros porque me levanté muy rápido y eso incide en la concentración, retomé el ritmo y una excelente doble aceleración al final para sentirme ganador cuando faltaban unos 20 metros”, dice Mendoza en relación al título que lograra en Barinas.
En los resquicios de su historia personal, revolcados por atleta y periodista una tarde de abril en el Máximo Viloria en Barquisimeto, donde día a día atesora esfuerzos para el acondicionamiento de su anatomía que abarca un metro con 73 centímetros de estatura y 71 kilos de peso, Yeiker Mendoza, apellido que debe a su padre Rafael, dice que su primer título nacional (80 metros), categoría infantil con apenas diez años de edad, en premonición de su exitoso destino, lo alcanzó en el estadio nacional en Caracas, bautizado con el nombre de un multiatleta, Brígido Iriarte, quien canalizó en el salto con garrocha sus grandes virtudes, sin olvidar sus dotes para ser guía de muchas generaciones.
Dos años más tarde (2012), instalado por el avance cronológico en la división menor, con Barinas como escenario, un 10.75 le brinda de nuevo la oportunidad de ceñirse una segunda corona nacional, ración repetida como juvenil al año siguiente (2013) en los Juegos Nacionales en Caracas (Brígido Iriarte) en los que marcó 10.72 y la oportunidad de incursionar en el nacional adulto siendo juvenil, para concluir cuarto con 10.55, detrás de Álvaro Cassiani, Diego Rivas y Jermain Chirinos, quienes se le adelantaron.
A paso firme, propela a máxima expresión, el barquisimetano, todavía como juvenil, incursiona en el nacional adulto y en el Florentino Oropeza de San Felipe rinde culto al zuliano Álvaro Cassiani, quien finaliza primero. Él (Yeiker), es segundo.
En el remate de su tarea como juvenil, en el nacional del 2014 en su casa de Barquisimeto es vencido por el guariqueño Alexis Nieves, quien con 10.54 deja atrás el 10.61 de Yeiker.
Ambos (Nieves y Yeiker) pasan desde ese momento, en forma alterna, a dominar el escenario nacional de la velocidad en su prueba más corta, la reina, con ligera ventaja para el crepuscular quien ha podido ceñirse la diadema nacional en los dos últimos años, sin olvidar que en los últimos lustros, con grandes saltos de la historia, otros larenses, Hely Ollarves (oriundo de Miranda pero anclado en los arreboles larenses), Cristóbal Caguao, Jonathan Medina, José Carabalí y Juan Morillo han dominado la escena, al igual como lo hizo en tiempos remotos y de pioneros, Alberto Marchán, exponente máximo en los Olímpicos de Múnich en 1972 después de haber logrado un 10.6 que funcionó como su carta de presentación para integrar la posta corta venezolana.
El remate, gran atributo
Al desglosar en partes su andadura en los 100 metros, Yeiker, el segundo de ocho hijos del matrimonio Mendoza-García –cuatro hembras y cuatro varones- destaca que su mayor atributo está dado en el remate, acción que le ha reportado triunfos como el de Barinas en fecha más reciente y es que en el proceso de la doble aceleración que se necesita para estos casos, él, en particular tiene mayor rendimiento.
“En Barinas pude tener una buena salida, a diferencia de otras veces. Sin embargo, debo reconocer que la debo trabajar, sobre todo el impulso inicial (fuerza doble del taco) y el multisalto. En la parte intermedia (30-40 metros), con el tiempo he corregido con bastante acierto el no levantarme tan temprano y al remate (más allá de los 60 metros), para evitar la desconcentración no estoy pendiente de los rivales que van al lado sino del desempeño mío, eso sí, con la cara totalmente relajada –técnica aprendida- porque en los inicios, se piensa y se cree que con el cuerpo rígido hay mayor velocidad, falso”.
Trabaja también el rey de la velocidad en Venezuela en las sombras. Es decir, a la par del trabajo en pista con asesoría del entrenador Robert Christen, pule su técnica en salida, braceo y zancada (pierna hacia adelante) con la ayuda de lectura sobre atletismo, sin olvidar que es estudiante de la carrera de Deportes en el Básico, movimientos frente a espejos como los boxeadores, pesas y entrega de testigos, entre otros, porque también observa, con detalle, los videos de los jamaiquinos Usain Bolt y Johan Blake, sus ídolos. En definitiva, un cúmulo de detalles que afinan su capacidad para el éxito.
Horizonte infinito
Yeiker, engolosinado sobre el tema, con ojos que casi saltan de sus órbitas y manos en constante acción, como aspas que chocan de frente ante la brisa andariega que se mece sobre el coso barquisimetano, al hablar del futuro está claro porque quiere culminar sus estudios de técnico superior para emprender la doble preparación –mañana y tarde- y así acometer el ciclo olímpico hasta llegar a unos Juegos Olímpicos –aspiración máxima-, que no pudo ser en tiempo reciente por una lesión en la zona lumbar.
En el tráfago hasta el 2020, de dedicarse por completo al atletismo si tiene el debido apoyo ante los tiempos difíciles que se viven, el nativo de Barquisimeto cuerpo en ristre se lanzaría sobre los 10.30 de la marca nacional, la cual ve muy cerca y así, remarcar hasta lo imborrable la estela que iniciara el año 2008 cuando el profesor Héctor Pérez le permitió defender a Carora en unos Juegos Escolares en los que se fue en blanco para volver arrasador un año después.
En ese tránsito, en ese camino, a su lado en los pasos iniciales, un entrenador cubano, Wladimir Lombillo, quien se marchó a México, donde espera reunirse para trazar estrategias.
Luego Iván Romero, su entrenador actual, unido a diario desde Valencia por la magia de la tecnología (redes) para el plan de trabajo a seguir y el respaldo de su familia que lo apoya en todo, conocidas sus agallas y ambiciones, clara determinación de lo que se avecina.