El papa Francisco hizo una visita sorpresa a un evento en uno de los parques importantes de Roma por el Día de la Tierra.
El pontífice, quien escribió una encíclica donde lamentaba la explotación de los recursos naturales, muchas veces a expensas de los pobres, acudió a la Villa Borghese.
Se sentó en un teatro al aire libre junto con un sacerdote italiano que valientemente denunció a mafiosos del área de Nápoles por tirar a propósito basura tóxica en las tierras de cultivo local, en una operación lucrativa e ilícita.
El papa dijo a la audiencia que el dinero se ha convertido en un dios «en el centro del planeta».