Una actriz en el papel de sacerdotisa prendió la antorcha aprovechando el reflejo de los rayos del sol en un espejo parabólico, en la tradicional ceremonia celebrada en la cuna de los antiguos Juegos, en Olympia.
Seguidamente, en una lenta coreografía, la ‘gran sacerdotisa’ encendió la antorcha del primer relevista, el gimnasta griego Leftheris Petrounias, que pasará la antorcha a la ex jugador brasileño de voleibol Giovane Gavio.
Este ritual a la antigua usanza, que pretende establecer un vínculo de unión entre las épocas, fue realizado por primera vez en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, y alude a la simbología olímpica de la llama, que permanecía encendida en la antigüedad durante toda la competición.
Después de una gira por Grecia, el fuego será entregado a los organizadores de Río 2016 el 27 de abril, cien días antes de la inauguración de los Juegos, que se celebran del 5 al 21 de agosto.
El relevo de la antorcha empezará oficialmente en la capital de Brasil, Brasilia, el 3 de mayo y recorrerá el país durante 95 días.
La llama, que será portada por 12.000 relevistas, pasará por 329 pueblos y ciudades y viajará más de 20.000 kilómetros por ruta y 10.000 millas por aire alrededor del país anfitrión.
«Hoy escribimos la historia; estos Juegos Olímpicos serán un mensaje de esperanza en estos tiempos difíciles y la llama aportará ese mensaje en todos los rincones de Brasil y en el mundo entero», afirmó Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) unos minutos antes de producirse el encendido de la llama, a las 6.52, hora de la Argentina, de los Juegos Olímpicos de 2016, los primeros en Sudamérica.