En este momento, la conurbación conformada por Barquisimeto y Cabudare, asientan el 75% de la población total del estado, representando un aproximado de 1.800.000 habitantes. Si se agrega, Quíbor y El Tocuyo, rozamos los 2.000.000 de habitantes, los cuales requieren de no menos de 6.000 lps para atender las necesidades del sector acueducto, tomando en consideración una dotación de 260 litros/habitantes/día.
Desbalance del acueducto y presiones
Tan cruda y real situación, explica el ingeniero Luis Fernando Arocha, quien presidió la empresa de servicio C.A. Hidrológica de Occidente (Hidroccidental) que dio origen a Hidrolara, ha originado el desbalance en el servicio de acueducto y las crecientes e indetenibles presiones por parte de los habitantes de las poblaciones y ciudades que conforman el eje poblacional y agroindustrial comprendido entre El Tocuyo, Quíbor, Bobare y Barquisimeto.
Todas ellas se abastecen del Sistema Alto Tocuyo (STA), alimentado por el noble embalse de Dos Cerritos.
Este sistema, afirma, se encuentra absolutamente colapsado, por haber llegado al máximo de su capacidad, tanto en la captación, como en el bombeo, conducción y tratamiento en la planta potabilizadora Ciudad de Barquisimeto, ubicada en Quíbor.
Lo que se hizo
Las obras que conformaron la ampliación del SAT, a su máxima capacidad fueron.
1. Incremento de la captación de aguas del embalse de Dos Cerritos de 4.500 a 6.000 lps.
2. Ampliación de la Estación de Bombeo de El Tocuyo, con el montaje de la 5ª. Línea, y la adecuación de los cuatro (04) equipos existentes, para elevarlos a una capacidad de bombeo de 1.500 lps/equipo y cumplir el cometido de 6.000 lps y mantener uno de reserva.
3. Rigidización de las juntas mecánicas tipo Dresser de la línea de aducción Tocuyo – Quíbor.
4. Ampliación de la planta potabilizadora de 4.500 a 6.000 lps.
5. Ampliación de la estación de bombeo ubicada en la salida de la planta de tratamiento, de manera de garantizar un caudal de 5.000 lps en los estanques de El Tostado para ser distribuidos al resto de la ciudad de Barquisimeto.
6. Construcción del llenadero de El Tostado, el cual se realizó en el sitio donde se encuentra, a los fines de eliminar el llenadero de San Juan, ubicado en la 14 entre las calles 35 y 36.
7. Construcción del nuevo sistema de abastecimiento de la Zona Industrial de Barquisimeto, con su estación de bombeo y el estanque de almacenamiento con una capacidad de 20.000 metros cúbicos, lo cual garantizaba el servicio a todas las etapas industriales.
8. Estas obras fueron puestas en servicio el 16 de Septiembre de 1992, con la esperanza de la culminación y puesta en servicio del Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor antes del año 2000, tal, como lo anunciaban en los distintos medios de comunicación la alta gerencia de tan importante obra. No obstante, a los anuncios del SHYQ, la empresa Hidroccidental, responsablemente, anunció que tal ampliación cubriría las demandas de las poblaciones atendidas por el SAT, hasta el año 2000 máximo 2005; razón por la cual, las presentes y futuras autoridades, nacionales y regionales deben consubstanciarse con el ingente problema, y gestionar las alternativas que conlleven la atención y solución, al mismo; y que se avizora en el corto horizonte.
Indolencia e ignorancia del Gobierno
Hoy en día, señala el ingeniero Arocha Malpica, 17 años después, exactamente el tiempo de Gobierno del presidente Chávez y de Maduro, la situación que presentan los acueductos que se alimentan del SAT, no puede ser peor. Jamás, el sector acueducto del estado Lara había estado tan desatendido por el Gobierno nacional, como ha sucedido en estos tres últimos lustros, y lo peor no es lo vivido, sino lo esperado, la indolencia, la indiferencia y ¿porque no?, la crasa ignorancia de las actuales autoridades nacionales, y las regionales dependientes exclusivamente del poder nacional.
Son las responsables de las calamidades de la pésima calidad del servicio, el cual, por no haber planteado programas de inversión en el incremento de nuevas fuentes; hoy en día Hidrolara tiene necesariamente que aplicar las severas medidas de racionamiento y sectorización, además de tener que admitir la distribución del agua en camiones cisternas, hacia las zonas más alejadas y populares, las cuales tienen que pagar el más caro de los servicios, con la posibilidad de la afectación de la salud colectiva, al consumir aguas con alto riesgo de contaminación en su transporte.
-¿A cuánto asciende el déficit de agua en estos momentos?
-Supera los 1.500 litros por segundo, que representa una población de 500.000 habitantes, un tercio de la población de la ciudad capital.
La superación de tan marcado déficit, el cual afecta considerable y fundamentalmente la salud colectiva, también lo hace sobre las actividades comerciales e industriales, sectores que no pueden ni deben, cruzarse de brazos a continuar esperando la llegada de las aguas de Yacambú.
-Usted no cree que Yacambú-Quíbor sea la solución, sino Las Dos Bocas. ¿Qué hacer ante una situación tan difícil para resolver el problema del agua?
-Todos los sectores integrantes de las fuerzas vivas del estado deben solicitarle a los políticos regionales muy activos en estos meses, así como al Gobierno nacional presente o al próximo futuro, y al regional también, que se avoquen a la consecución de los recursos financieros para integrar el presupuesto que permitan iniciar, hasta concluir la alternativa más viable y confiable para garantizar la erradicación del déficit de agua existente y a la par, consolidar el desarrollo poblacional y agroindustrial de los municipios Simón Planas, Palavecino e Iribarren de Lara, así como, las ciudades vecinas de Acarigua y Araure en Portuguesa y Yaritagua en Yaracuy; para los próximos 50 años, como lo son las obras que conforman el Sistema del Embalse de Dos Bocas. Este no requiere ni un centímetro de túnel de trasvase y se ejecutaría en un lapso menor y con menos recursos económicos, que los requeridos para concluir el viejo y ya obsoleto sistema Yacambú.
Situación de Torres y Urdaneta
Carora ha tenido como fuente fundamental para su acueducto, las aguas subterráneas mediante la perforación de pozos de regular producción, y la represa de los Quediches, cuya capacidad de regulación, siendo suficiente para cubrir las necesidades de la capital del municipio Torres y las comunidades rurales ubicadas en las adyacencias de la línea de aducción; siempre ha tenido serios inconvenientes con las tomas ilegales, muchas de ellas, con fines de riego.
A finales del año 1989, recuerda el ingeniero Luis Fernando Arocha, el recordado alcalde Pedro Domingo Oropeza planteó a la directiva del INOS Lara, la graves crisis que estaba contemplando Carora por agua, ya que de Los Quediches solo estaban llegando 200 lps los cuales solo cubrían las necesidades del 60% de la población de la capital del municipio.
Ante tal situación, se gestionaron los recursos presupuestarios para incrementar las fuentes subterráneas, a la par de iniciar el proyecto del sistema Atarigua – Carora, sistema que contemplaba la construcción de una planta de tratamiento ubicada en la población de Atarigua, de manera de garantizar agua potable a todas las poblaciones ubicadas entre dicha localidad y Carora.
La planta potabilizadora tendría una capacidad inicial de 800 litros por segundo, suficientes como para cubrir las necesidades de una población de 230.000 habitantes.
Lamentablemente, la crisis política a consecuencia de los acontecimientos del 4 de febrero de 1992, causaron retraso en el inicio de los trabajos y luego la administración siguiente, cambió la concepción original del proyecto y la ubicación de la planta, construyéndola en el sector de Sabaneta. Carora y poblaciones ubicadas en las adyacencias de las carreteras Lara-Trujillo, así como, la Lara-Zulia, continúan con serios problemas de abastecimiento.
En cuanto al caso de Siquisique, en el municipio Urdaneta, también se le había planteado el atender las mejoras de su acueducto, mediante una toma directa de 250 litros por segundo en un recodo del río Tocuyo, para luego disponerlas en unos estanques presedimentadores y de ahí, someter las aguas a un proceso de tratamiento convencional, de mezcla lenta con la inyección de cloro y sulfato de aluminio, luego pasarlas al proceso de sedimentación, filtración y cloración
Estas obras consideradas importantes también sufrieron los efectos causados por la crisis política ya mencionada.
Aspectos de Lara
Nuestro estado tiene una superficie de 19.800 km2. Su división política territorial está conformada por 9 municipios y 36 parroquias. La población aproximada es de 2.500.000 habitantes.
Lara cuenta con una gran variedad de clima. El 60% de su territorio es montañoso y 40% es de clima seco, razón por la cual, lo hace un territorio de escasa disponibilidad de recursos hídricos, a la par de un porcentaje muy considerable de población ubicada en zonas diferentes, donde abunda el recurso agua, y sin duda alguna, limita la potencialidad de desarrollo tanto urbano como agropecuario e industrial.
No obstante, el tesón de su gente, de inquebrantable voluntad para el recio trabajo, aunado a las voluntades de extranjeros con culturas y costumbres diferentes, han permitido que tierras áridas como son las de los municipios Torres, Urdaneta, Jiménez y parte de Iribarren, sean altamente rentables las actividades agropecuarias e industriales.
Estas cualidades, dice el ingeniero Arocha, aunadas a las muy viejas esperanzas de las aguas de Yacambú, así como, su extraordinaria ubicación geográfica, han originado una alta concentración poblacional.
Pero, también inconvenientes de no fácil solución, como la escasez del elemento más indispensable y el único no sustituible, que puede permitir el desarrollo y consolidación de cualquiera sea el esquema de desarrollo que se fije el ser humano, como lo es el agua.
