Cuando se habla del tango inmediatamente pensamos en las figuras que hicieron grande a este género musical nacido en los sórdidos rincones del arrabal porteño: Gardel, Le Pera, Julio Sosa, Rubén Juárez, Hugo del Carril y muchos otros cantantes responsables de la universalidad de una expresión que encierra una filosofía de vida que todos los latinoamericanos hemos compartido alguna vez.
El tango, según los historiadores surge a partir de una fusión de danzas y ritmos afro rioplatenses, gauchos, latinoamericanos y europeos. Tiene su partida de nacimiento entre Buenos Aires y Montevideo y se extiende por todo el mundo a pesar de haber visto la luz en los barrios bajos de ambas ciudades. Ese baile de pareja entrelazada resultaba un plato muy fuerte para sociedades pacatas que lo etiquetaban como vulgar y propio de la gente inculta de los arrabales.
El tango, sin embargo, comenzó a mejorar su imagen cuando decidieron ponerle letras a aquellos compases. Apareció entonces Carlos Gardel, un chico nacido en Francia, de madre argentina, quien cantaba con mucho sentimiento en las tabernas del puerto. Era tanta su aceptación entre aquellos marineros, asiduos visitantes de los antros, que rápidamente extendió su fama por todo el país hasta convertirlo en uno de los más grandes cantantes de la historia.
El tango comenzó entonces su periplo por toda nuestra América hasta llegar a los grandes salones de la vieja Europa que se enamoró de aquel ritmo seductor y lujurioso en la última década del siglo XIX.
Surgieron entonces las llamadas academias y milongas donde enseñaban a bailar, pero moderando un poco el contacto físico entre las parejas, aunque nunca pudieron evitar que el tango tuviera una enorme carga de sensualidad que lo hace tan atractivo.
Barquisimeto no escapó a la fiebre tanguera de comienzos del siglo gracias a las películas que nos llegaban desde la Argentina. Fue una pasión incontrolable de una sociedad que comenzó a identificarse de una manera tal que los chicos de la época se vestían y se peinaban imitando a Carlitos Gardel o a Hugo del Carril y bailaban con movimientos improvisados llamados cortes, figuras y quebrados.
Las nuevas tendencias estuvieron a punto de desaparecer al tango, pero en la medida en que surgieron, así también quedaron en el olvido, exceptuando, por ejemplo al rock and roll. Poco a poco se fue recuperando la esencia de la expresión más genuina de nuestra música latinoamericana y hoy vemos con una gran satisfacción como en todas partes del mundo el tango ha llegado con la fuerza que merece.
Bandatango
Hace varios días GALA fue invitada a una “Milonga” – una reunión de grupos para compartir y bailar tangos promovida por Bandatango, una de las tres academias que funcionan en Barquisimeto. Una verdadera sorpresa ver como gente muy joven danzaban al compás de una música que no les era extraña.
Jheyson Hurtado, un joven médico veterinario y su pareja Jael Montilla, directores de la academia son los encargados de impartir clases dos veces a la semana a más de 50 alumnos que se la pasan muy bien en la sede de Ritmo Latino, en el Centro Comercial Río Lama.
-¿Cómo llegaron al tango ustedes?
-Jael es una chica estudiante del Politécnico y nos confiesa que desde muy niña se interesó por aprender a bailar tango. “No lo van a creer, pero cuando cumplí mis 15 años no quería bailar un vals tradicional. Así que bailé un tango ante la aprobación de mis padres y de mis amigos”.
Jheyson asegura que no conoce a Buenos Aires, la cuna de ese ritmo en el cual se ha convertido en uno de sus más fieles exponentes- “Pero no pierdo esas esperanzas-
Todo comenzó –dice- en el Conservatorio cuando estudiaba la Historia de la Música-. Yo diría que fue un amor a primera vista. Progresivamente fui aprendiendo los secretos de la danza hasta participar en algunos eventos donde pude convencer a un jurado de mis aptitudes.
-¿Las coreografías son tuyas o a de Jael?
-Te vas a sorprender, pero casi siempre improvisamos, la música parece que nos va indicando cada enlace corporal. Todo en el tango tiene una razón: las miradas, el cuerpo acompañando la cadencia, es vivir un romance que parece eterno, pero que dura unos 4 o cinco minutos.
-¿Quién es la estrella de la danza?
-El hombre lleva a la pareja por los caminos que construye, pero es la mujer la que pone la belleza y la sensualidad.
Jheyson y Jael piensan que con el tiempo podrán participar en los festivales internacionales de tango que se realizan en todo el mundo. Por ahora se preparan para el encuentro que tendrá lugar en nuestra ciudad
