Al cumplirse tres años de Nicolás Maduro en la presidencia de la República, el ex gobernador Orlando Fernández afirma que ese tiempo se ha caracterizado por la incertidumbre, representada en la inestabilidad del país propiciada por la escasez de alimentos y de medicamentos, repuestos, paralización de la producción nacional por el desastre de una política económica que ha originado una inflación acelerada que hoy se aproxima al 300 por ciento y se vaticina, según los economistas, llegará al 500 por ciento a fin de este año.
Además, este gobierno ha aplicado una devaluación permanente de la moneda, desvalorización que jamás se había registrado en la historia venezolana.
Hemos vivido tres años de amenazas, de violaciones por parte del Estado de los derechos de los ciudadanos. Como continuación del régimen de Hugo Chávez, no hay autonomia de poderes, a excepción de la Asamblea Nacional, que es acorralada por el resto de los cuatro poderes, sobre todo por el Tribunal Supremo de Justicia, que es utilizado como punto de lanza del PSUV y del gobierno, para desconocer decisiones constitucionales.
En el curso de estos tres años, el país se hunde más y la esperanza que tenemos es la salida de Nicolás Maduro, porque tenemos un gobierno forajido y como tal que no respeta leyes, ni normas. Como ejemplo tenemos a funcionarios que, a través de declaraciones, estimulan la delincuencia o el caso de la alcaldesa de Calabozo, Zobeida El Hinnaoui, quien públicamente amenazó a los comerciantes de que si no vendían, serían saqueados.
Estamos realmente en una situación muy delicada, ya que el país no tiene ningún futuro frente a la crisis, agravada por otros problemas que ha originado este gobierno. En medio de este caos, entre los venezolanos que creemos en la democracia, observamos que cada día hay más gente que abre los ojos. La popularidad de Maduro apenas es del 16 por ciento y cada vez se reduce mucho más.
Los componentes de la Fuerza Armada en estos tres años han dejado de ser institucionalistas. Voy a repetir las palabras de un coronel activo del Ejército en una reunión familiar: “en la FANB los honestos estamos como cucaracha en gallinero, porque la mayoría la han desmoralizado con los negocios y la corrupción”.
Y así son todos los poderes. La delincuencia se ha enseñoreado. Desde las cárceles están los pranes cometiendo hechos insólitos como son el control de sindicatos y contratando obras con el gobierno. Y además, como cosas jamás vistas en cualquier país, los pranes haciendo amistad íntima con las autoridades carcelarias.
En ninguna otra parte se podrían ver situaciones como lo demostró el tristemente célebre El Conejo, convirtiendo los penales en sitios privilegiados, donde no solamente tienen piscinas y discotecas, sino que ordenan asaltos, secuestros y extorsiones, delitos que les permiten obtener fortunas al punto de exhibirse acostado en colchones de billetes.
A medida que avanza el tiempo se evidencia que Maduro, como heredero de Hugo Chávez, prosiguió la destrucción de Venezuela.
En estos tres años, es muy lamentable que haya ocurrido, se han fortalecido los carteles de la droga, pero lo más grave es que las denuncias provenientes del exterior indican que los mismos están formados por militares, siendo el más afamado el de los soles.
Descomunal se ha hecho el tráfico de drogas desde Venezuela hacia el exterior. Los decomisos que se hacen en el Caribe y en Europa provienen de nuestro país. Se están cumpliendo las palabras que el presidente Santos, no sé si seriamente o en chanza, le respondió a Maduro cuando éste dijo que Colombia era la gran productora de drogas y su colega le ripostó: “sí, pero Venezuela la mueve”. es decir, la distribuye. Y la evidencia es tal que tenemos el caso de los narcosobrinos, quienes utilizaban pasaportes diplomáticos otorgados por el propio gobierno, para traficar sin dificultar las drogas.
Además tenemos los alijos de las sustancias que se les han decomisado a militares de todos los rangos. ¿Y quien se va a creer que los responsables de un cargamento de 500 kilos de cocaina, de miles y otros tantos sean de unos capitanes o de unos sargentos? Todo es una organización o varias organizaciones, en las cuales hay funcionarios de alta jerarquía comprometidos.
Y nos hemos quedado cortos con los casos de corrupción, denunciados por algunos ex ministros de Chávez, quienes han hecho señalamientos que no se investigan porque la impunidad es el sello de este gobierno que controla los organismos que debieran ocuparse no solamente de las denuncias sino de las noticias criminis.
Fernández señala que los ojos son puestos en los llamados bachaqueros y seguidamente pregunta: ¿Quienes son los que comercian con los productos comestibles de mayor demanda? Eso está igualito con lo que pasa con el gas o con los rubros de la construcción.
¿No se han dado cuenta que Maduro menciona a todas las mafias del mundo, pero jamás menciona a quienes se están enriqueciendo con las cabillas y el cemento? Porque esos son regalos que el gobierno le dio a los militares para corromperlos.
Aquí también tenemos que hacer mención a las minas de oro, diamantes y otros minerales, que igualmente son objetos de corrupción para unos grupos muy bien definidos.
En estos tres años está ocurriendo algo muy grave como es que en todas partes del país se están muriendo personas de todas las edades por falta de medicinas. Es un genocidio colectivo. Sin terremoto como el de Ecuador, sin inundaciones como en Argentina o Uruguay, estamos en Venezuela padeciendo una situación peor. Y el gobierno no toma ninguna decisión. Ah, pero somos solidarios con los ecuatorianos a quienes se les envió un avión repleto de medicamentos, mientras aqui la gente se está muriendo por falta de anticonvulsivos, diálisis o porque no se consiguen las pastillas para la hipertensión.
Para Fernández Medina, la oposición cometió muchos errores; pero, al final se logró la unidad. Y con ella se va a resolver la crisis.
