Las pérdidas ocasionadas por el potente terremoto que sacudió a Ecuador podrían ascender a 3.000 millones de dólares, estimó el martes el presidente Rafael Correa.
«Las pérdidas son multimillonarias, yo calculo a groso modo 3.000 millones de dólares, un 3% del producto interno bruto, y eso significa reconstrucción de años. Es una lucha larga, por eso invito a no desanimarnos», dijo en declaraciones a periodistas.
Añadió que la atención y la provisión de alimentos a los damnificados están garantizadas, así como el trabajo de los equipos de rescatistas en las zonas de desastre.
El gobierno informó la noche del lunes que la cifra oficial de muertos ha subido a 413 y los heridos superan los 2.000 y señaló que esperaba que sigan subiendo en los próximos días. Entre los fallecidos había un estadounidense y dos canadienses.
La noche del sábado se registró un poderoso terremoto de 7,8 grados de magnitud que impactó con fuerza en la costa central del país y afectó principalmente a ciudades como Pedernales, donde apenas dos o tres edificios quedan en pie; Portoviejo, cuyo casco comercial y bancario quedó arrasado, y Manta, cuya zona hotelera quedó muy dañada.
Alrededor de 654 rescatistas del exterior se han integrado desde las primeras horas del desastre a los cientos de rescatistas de los organismos de socorro ecuatorianos que trabajan en una carrera contrarreloj para rescatar a sobrevivientes debajo de toneladas de escombros.
Mientras comienza a llegar la ayuda humanitaria la gente hace largas filas para comprar agua embotellada. Muchos vecinos duermen en campamentos improvisados o en la calle.