El mercado de hortalizas que años atrás se adquiría con Bs. 3.000 para unos 15 días de consumo familiar, hoy representa el doble y hasta más en su factura. Al igual que otros sectores de la economía del país, los productos agropecuarios incrementaron significativamente sus precios y las frutas sólo las compran unos pocos.
Al respecto, Enmanuel Escalona, director de hortalizas de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedegaro), apuntó que los rubros obtenidos en esta actividad, responden a una serie de ciclos que deben ser cumplidos con precisión, de lo contrario disminuye la rentabilidad de la producción.
En este sentido, apuntó que si las hortalizas han registrado notables incrementos en sus precios, no ha sido por decisión o convenio de los productores, sino por tratarse de un producto altamente perecedero y no regulado, que marca su costo a través de la oferta y la demanda.
-A mayor oferta, el producto disminuirá su precio, se pudo apreciar semanas recientes con el tomate, que a pesar de la escasez de semilla, al salir al mercado en su primer ciclo de cultivo nacional, cayó a 150 bolívares porque apareció la oferta.
Sin embargo, esta ocurrencia resultó ser un efecto rebote, ya que días después, se colocó en Bs. 900, por efectos de la oferta y la demanda y la dinámica del mercado nacional.
Precisó entonces que si el Estado venezolano, quien es responsable de dotar al sector de herramientas, lo hace a tiempo, podrá haber una mayor y mejor producción agroalimentaria.
Escalona, apuntó que en el caso de hortalizas y frutales es posible recuperar el mercado con las herramientas suficientes y en tiempos oportunos. Asimismo, rechazó que se quiera “arrastras a los productores a la tumba de las políticas nacionales, desacertadas”.
Subrayó que si no hay una actitud de rectificación en lo inmediato, para finales de año se estarían importando importantes cantidades de hortalizas, para las cuales Venezuela en algún momento fue autosuficiente.