“Nosotros estamos aquí desde el jueves, esperando que lleguen los cauchos, pero no tenemos ninguna esperanza porque allá adentro tampoco saben nada”. Así, sin mucho entusiasmo, se expresaron algunas de las personas que este miércoles permanecían reunidas en las inmediaciones de una de las ventas de neumáticos que funcionan en la avenida Libertador.
Explicaron que lo único positivo de esa espera, ya prolongada, es que surgen amistades, no sólo de Barquisimeto sino también de otras ciudades del estado donde el problema es similar.
Llegan antes del amanecer, pendientes de la aparición de un camión o gandola furgón con los cauchos que necesitan para reponer los “pelones”, o ya explotados de sus carros, pero nunca llega.
Domingo Durán, un albañil que requiere de su vehículo para trasladarse a su sitio de trabajo, o para llevar los materiales, era uno de los integrantes del grupo.
Explicó que desde hace tiempo desaparecieron los cauchos 13, 14 y 15, que utilizan los autos o camionetas, y por eso se ven en la necesidad de hacer vigilias en las distribuidoras, “a esperar que lleguen algún día”.
Algunos van aprovisionados, con sus arepitas rellenas, con lo que puedan conseguir, el café o jugo, dispuestos a pasar el día allí.
“También nos traemos nuestras pastillitas, quienes las necesitamos”, expresa la encargada de llevar la lista.
“A veces nos traemos el dominó para entretenernos, porque la espera es siempre larga, no sabemos hasta cuándo estaremos aquí”, manifiesta una de las damas presentes.
Están pendientes de quienes van llegando a incorporarse al grupo y anotan sus nombres en la lista, que ayer pasaba de 50.
Esa lista la elaboran a pesar de que en la distribuidora no la toman en cuenta cuando llegan los cauchos, pero es una manera de respetarse mutuamente el orden de llegada.
“Seguro que los del Gobierno no tienen que hacer lo que hacemos nosotros para conseguir un cauchito porque se los llevan a sus casas, y hasta se los montan”, refiere otro de los presentes.
Informan que esa distribuidora no recibe neumáticos desde diciembre y por eso piensan les deben llegar pronto.
En la misma situación se encuentran los otros establecimientos del ramo de la avenida Libertador.
Al preguntarle a uno de los encargados la fecha en la que esperan recibir la mercancía, la respuesta es negativa.
“Uno no sabe cuando van a llegar ni si van a llegar suficientes, estamos como todo el mundo”, señala.
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