El Deportivo Lara saldrá a revertir el mal momento por el cual atraviesa y despegar de una vez por todas a posiciones cimeras, al recibir este sábado en un choque de titanes al Caracas FC, un rival directo, en la jornada 15 del torneo Apertura de primera división.
El crucial compromiso está fijado para iniciar a las 5 y 15 de la tarde en el estadio Metropolitano de Cabudare, con arbitraje del zuliano José Argote.
La oncena crepuscular entró en una especie de mini crisis tras perder sus dos compromisos previos (1-3 frente a Mineros y 1-0 ante Llaneros), pero tiene una oportunidad de oro de enderezar el rumbo esta tarde, al enfrentar a un equipo que está a su alcance en la tabla y puede servirle de catapulta para trepar a mejores posiciones en la tabla de posiciones.
El Lara está octavo con 19 puntos, pero brega con la presión de tener a rivales muy cerca, como el caso de Estudiantes de Mérida, que lo igualó en contables, pero sigue debajo por peor diferencia de goles. Caracas marcha de séptimo con 21 contables y será superado por la oncena crepuscular si cae derrotado en el gigante de La Campiña.
De allí a que el duelo sea visto como una final en ambos bandos.
Eso sí, para lograr el cometido de sumar el triunfo la tropa del experimentado José Alí Cañas debe recuperar la solidez y seguridad en defensa, entrar despierto al partido y evitar quedar debajo en el marcador durante los primeros minutos, como ocurrió en su anterior salida como local, cuando en media hora ya perdía 2-0.
“Hay que estar sumamente concentrados y en cada pelota alentar al compañero. Nos ha costado caro en anteriores partidos permitir goles al inicio… creo que son los minutos más importantes del partido, los primeros y los últimos”, advirtió el mediocampista José Caraballo, jugador que suele iniciar en el banco de suplentes y es usado como revulsivo en los segundos tiempos.
El técnico Cañas dispone de todos sus efectivos, salvo el caso del volante Antonioni González, y puede que apele a una alineación netamente ofensiva, apuntalada por los veloces César González y Antonio Romero para aprovechar la lentitud de la defensa caraqueña.