Quíbor se quedó sin servicio de transporte urbano, igualmente algunas rutas suburbanas, mientras los propietarios de las unidades acudían a la sede de la alcaldía del municipio Jiménez para exigir ajustes en las tarifas vigentes.
“Con lass tarifas actuales no podemos sobrevivir porque, además de que no conseguimos cauchos, baterías, aceite o repuestos, tampoco la comida para nuestras familias, y si la conseguimos es a precios cada días más caros”, dijo uno de ellos.
Carlos Rodríguez y Leandro Cuicas, representantes de dos de las cooperativas de rapiditos que operan en Quíbor, informaron que en la ciudad hay más de 50 vehículos dedicados al transporte de personas, además de las que operan entre la capital del municipio y otras poblaciones, como Tintorero, El Tocuyo, Sanare, Cubiro y otras.
Explicaron que actualmente el pasaje urbano está en 17 bolívares, desde el año pasado, cuando la alcaldía les autorizó un aumento, pero, debido a la inflación, eso no les alcanza para nada.
Pusieron como ejemplo el aceite, cuyo precio pasó de 180 bolívares a 1.200, el de pipa, además de los precios escandalosos de los cauchos, baterías, bujías, bandas de frenos, y que el gobierno está amenazando con otro aumento en la gasolina.
Esta mañana del jueves, los conductores estacionaron sus vehículos en las inmediaciones de la alcaldía y la plaza Bolívar, e ingresaron al recinto municipal para tratar de hablar con el alcalde José Gregorio Martín, pero se encontraba en Caracas.
Rodríguez y Cuicas señalaron que es una necesidad una sincerización de las tarifas de una forma que no afecte mucho a los usuarios, pero sí que permita a los transportistas paliar en parte su situación.
Un grupo de ellos se congregó en el salón de sesiones de la cámara donde se reunieron con Eiber Pérez, vice-presidente, el también concejal Pablo Escobar y las directoras Dacil Hernández y Rebeca Pérez, quedando pendiente una nueva reunión para la próxima semana, cuando el alcalde Martín se encuentre ya en Quíbor.
Hasta allí también llegó un grupo de estudiantes para rechazar cualquier aumento en los precios de los pasajes, aunque todo transcurrió con normalidad.
A primera hora de la tarde, el transporte colectivo se reanudó en todo el municipio, con la esperanza por parte de los conductores de que la próxima semana tendrán el visto bueno del alcalde para sus aspiraciones económicas.