Más de cien personas con diversas discapacidades avanzan por la carretera en sillas de ruedas o con muletas en una marcha iniciada hace casi un mes con destino a La Paz para exigir al gobierno del presidente Evo Morales un incremento en sus pensiones.
La marcha comenzó en marzo desde Cochabamba, 220 kilómetros al este de La Paz, y el viernes el grupo estaba a 80 kilómetros de la capital, en la población de Patacamaya donde el grupo descansará este fin de semana, para reanudar la marcha.
Esperan llegar a La Paz el lunes 25.
A medida que se acercan a la capital más personas discapacitadas se suman a la marcha. Personas en similar situación instalaron campamentos en algunas ciudades para apoyar la protesta.
Een su recorrido los manifestantes treparon desde el valle hasta el altiplano a casi 3.900 metros de altitud soportando el frío, el sol inclemente, hambre y dolores musculares, según el testimonio de Rosmery Guarita.
«Los dolores y las ampollas nos impiden seguir la caminata, así que descansaremos el fin de semana para retomar el lunes. La gente nos ayuda en el camino», dijo Guarita.
Uno de los manifestantes carga una cruz de madera en el hombro. Familiares empujan las sillas de rueda. En su recorrido reciben ayuda y la solidaridad de personas y agrupaciones que respaldan su demanda. Comen de una olla común preparada por parientes que acompañan la marcha.
Cerca de 30.000 discapacitados que han calificado por su grado de impedimento reciben una pensión anual del Estado que equivale a 143 dólares, pero ellos reclaman un subsidio de 862 dólares al año a ser pagados en cuotas mensuales de 71 dólares.
«Es un incremento de más del 500% que el gobierno no está en condiciones de pagar pero hemos manifestado nuestra disposición de negociar un acuerdo», dijo el viernes la Ministra de Salud, Ariana Campero.