Aproveché la Semana Santa para salir a pasear y observar en el terreno parte de la realidad o irrealidad de lo que sucede en esta bella tierra venezolana.
Si bien los medios de comunicación en los que se destacan las redes sociales hacen de un país un incendio total, yo en lo personal observo que ese incendio está enmarcado en lo económico, en lo político, en lo social, en lo religioso y cualquier epíteto de ver la vida, ese incendio no se le puede endosar al “Niño”; hay que endosárselo a los que somos adultos porque las posibles soluciones no permiten esperar que ese “Niño” crezca, estudie, comparta promociones, haga acuerdos para lograr que los venezolanos nos pongamos de acuerdo entre nosotros y vayamos más allá como miembros de la sociedad internacional para compartir el desarrollo de unos, el subdesarrollo y atraso de los otros.
Es angustiante salir de casa pensando en dónde consigo un caucho, una batería, un repuesto, una medicina, un atún, una malta y pare de contar de eso que se maneja en la vida diaria para satisfacer necesidades básicas. Igualmente que si se va a ir la luz, el agua, el gas, por racionamiento, que equis carretera está trancada por protestas o simplemente porque hay puntos de control para garantizar la inseguridad personal y de bienes con el rimbombante nombre de módulo de auxilio vial: a 200 metros de un punto de control fue objeto de robo toda una familia. No sólo les quitaron todo sino que fueron amenazados con armas de fuego. Estas personas son gente trabajadora. Este hecho ocurrió en la autopista Lara-Yaracuy-Morón y muchas casos como este ocurren frecuentemente en esta vía; entonces pregunto: ¿En qué y con qué auxilian?
Recibimos noticias negativas de retención de vehículos aéreos y terrestres con equis cantidad de estupefaciente y señalamiento de implicados en esa actividad ilícita de venezolanos que tienen el deber de control y persecución del delito.
Si de incendios se trata es una realidad que en toda la región Central y Centrooccidental vemos incendios forestales día y noche que consumen zonas protectoras, parques nacionales y otras zonas sometidas a régimen de administración especial, ante la mirada indolente de los irresponsables que dentro de sus funciones como gobernantes tienen la obligación de evitarlos y combatirlos; por mi mente pasa el recuerdo de aquella Guardia Nacional que cambiaba el uniforme verde y el fusil por el uniforme negro con sudor, una bomba de espalda y una chapaleta, que ordenadamente se dirigían a esos sitios a controlarlos y apagarlos.
Si de incendios se trata donde están los códigos de ética de esos profesionales que tienen que evitar la corrupción, el narcotráfico y otras formas delincuenciales como el secuestro, robo de vehículos, sicariato y los homicidios comunes y corrientes que hoy irresponsablemente se les da el nombre de ajuste de cuentas o enfrentamiento con la autoridad, sin ninguna investigación y juicio.
Si de incendios se trata quién puede aceptar que un cafecito marrón pequeño en cualquier restaurante de carretera cueste 220 bolívares y una ración de pescado de 150 ó 180 gramos hoy tiene un costo de Bs. 10.000,00. Por ese mismo tenor una inmensa cantidad de consumibles con la misma razón y excusa de adquirir los productos para su elaboración en los bachaqueros, profesión que muchos avalan con bombos y platillos para decir que el país ha bajado el desempleo.
Ese «Niño» como fenómeno natural podrá ser responsable de muy pocos problemas y pasajeros, esa responsabilidad de los adultos merece y obliga la transformación de la sociedad para el trabajo productivo con moral y ética y hacer de lo que Simón Bolívar manifestó una realidad: “Buenas costumbres y educación para el trabajo productivo son nuestras primeras necesidades”.
Unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país…
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@JGMendozabarqto