En horas de la tarde de ayer se desató una huelga de sangre en dos sectores del Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campíns conocido como el retén de El Manzano, por parte de los internos, situación que terminó en el lamentable saldo de un menor decapitado.
Varias son las versiones a las cuales se atribuyó tal reacción sin embargo, supuestos maltratos de custodios, exigencias sobre un mejor régimen alimenticio y visitas conyugales, habrían motivado la solicitud de renuncia del director de la institución.
El área se encontraba rodeada de los funcionarios de la Policía de Lara. Habían ingresado al recinto funcionarios de organismos como la Fiscalía del Ministerio Público y Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, para la investigación.
La falta de información sobre los heridos y fallecido durante la reyerta jugó parte importante en la angustia de familiares incluso a las 10:00 de la noche.
Se trataría del segundo interno que pierde la vida en el mencionado centro de reclusión en menos de un mes, cuando el pasado 21 de marzo otro menor fue degollado en respaldo a protestas suscitadas en la cárcel David Viloria.
Jacinto Crespo, familiar de un recluido, denunció que se les dota de pocos alimentos a los muchachos. Pidieron atención de los derechos humanos.
Aunque desconocían las verdaderas causas de lo ocurrido, manifestaron que el retardo procesal y, como consecuencia el hacinamiento, es una situación bastante difícil que atraviesan los menores, asegurando que muchos han cumplido la mayoría de edad sin ser trasladados a otro centro carcelario.