El control de precios originó el bachaqueo de productos de primera necesidad. Esta práctica especulativa de artículos con precio regulado se ha extendido a diversos sectores y aupado la corrupción, así como la conformación de mafias y redes que atentan contra los propios venezolanos, subyugados a un salario mínimo mensual de Bs. 11.577,81 y a una canasta alimentaria que supera los Bs. 120.000.
Hoy en día se “bachaquean” alimentos, medicinas y productos de higiene personal. En otros casos, la escasez y el desabastecimiento ha llevado a las personas a negociar puestos o números para comprar comida, cauchos o baterías. Los montos son elevados. Según registros de EL IMPULSO, en las adyacencias de una cooperativa ubicada en Ruiz Pineda, los cupos para comprar son vendidos a Bs. 300. Quienes se encargan de esta práctica venden más de 100 números, para una ganancia de Bs. 30.000 por persona. La desesperación por comprar a precio regulado y revender no tiene límites.
En la Central Cooperativa de Servicios Sociales de Lara (Cecocesola) de Las Trinitarias se forman conflictos por los números. Allí se reparten entre 2.500 y 3.000 números los jueves para comprar al día siguiente y los viernes para comprar los sábados. Gente de todas partes del país se aparece en el lugar desde el miércoles por la tarde, algunos son bachaqueros y otros revendedores de números, que ofrecen desde Bs. 400.
El salario mínimo sólo alcanza para comprar alimentos regulados, sin embargo, es poco lo que está llegando a los diferentes establecimientos de comida.
Las mafias también se extienden a la oferta de baterías. Ante la escasez la demanda es altísima, por lo cual ciertas personas se han dado a la tarea de vender los cupos para adquirir el citado producto. Además de madrugar y permanecer hasta dos días en cola, los interesados en adquirir una batería deben cancelar Bs. 10.000 por el puesto, más los Bs. 13.000 que cuesta el aparato.
Otro caso. Las pastillas anticonceptivas, igualmente desaparecidas del mercado farmacéutico, se cotizan a través de las redes sociales en más de Bs. 2.000, cuando su valor real no supera los Bs. 500.
Innumerables hechos de corrupción con su origen en el contrabando llevaron a que la propia sociedad condenara a estos individuos y los tildará de Judas, tal y como se apreció durante la pasada Semana Santa, cuando se constató que para el pueblo el más traidor es el bachaquero. Vecino contra vecino sin ningún tipo de escrúpulos. Incluso en las familias se aprecia esta práctica.
Los productos revendidos son diez veces más caros. A juicio del economista Johnny Zafra, se trata del precio real del artículo.
Aunque pareciera que el bachaqueo no tiene coto el economista considera que al liberar los precios esa práctica se acabará. Suprimir los controles significa que el Gobierno debe asumir un costo político muy alto, no obstante, se trata de un hecho ineludible.
El producto regulado se busca por necesidad, porque el salario no da para más, para revenderlo y convertirse en un superviviente de la crisis.
Cuando a las toallas humedas les colocaron el precio real y dejó de ser un artículo regulado la gente no las buscó más. Ahora tampoco se encuentran pero porque no hay insumos para su producción.
Arbitraje
Zafra califica el bachaqueo como una acción arbitraria producto de los mercados controlados. Es una práctica que tiene lugar en cualquier parte del mundo cuando hay desviaciones conocidas como el mercado negro.
Aquí en Venezuela la representación del mercado negro son los bachaqueros, declaró el experto.
“La acción de los bachaqueros no afectan propiamente la economía porque se trata de una consecuencia de los controles de precios, para eliminar a los bachaqueros deben eliminarse los controles de precios. Los bachaqueros no están
produciendo la inflación o impactando sobre esta, es una consecuencia de una política de control que tiene mucho tiempo”.
Lo que afecta la dinámica del mercado es el control de precios, reiteró.
Los precios en ausencia de controles se equilibran por si solos.
Por lo tanto el bachaqueo es una consecuencia del desequilibrio, pero no desestabiliza el mercado.
“Al liberar los precios estos se equilibran y el bachaqueo se acaba pero por el costo político que implica no se toma la decisión. Además, eliminar el control de precios, conlleva a otras medidas macroeconómicas que liberen la economía de otros mercados, como el financiero y el cambiario. Igualmente, una política de educación al consumidor”.
En vista de la demanda y la poca oferta de productos se acentúa el bachaqueo y se elevan astronómicamente los precios.
“Siempre ha habido un mercado negro. Sólo que ahora, ante la elevada escasez, es mucho más visible”.
-¿Quiénes les compran a los bachaqueros?
-Los precios que estipulan los bachaqueros, son al fin y al cabo, los precios reales de los productos. A ese precio está dispuesto a comprar el mercado. Si en este momento se liberaran los precios, los costos serían los que establecen los revendedores. La clase media y alta son las que pueden comprar a esos precios.
-¿Quién hace más daño el bachaquero de la cola o el mayorista?
-Depende del volumen que se está transando, si el volumen de todos los bachaqueros es mayor que el de un mayorista es obvio que el bachaquero de la cola, generando una distorsión de los precios, todo depende, entre cual de los dos grupos, mayoristas o bachaqueros, están impulsando los precios.
-¿Considera que el bachaqueo es el capitalismo de las clases populares?
-Es un poco infantil pensar que eso es así. Si la persona piensa que una economía se maneja a nivel del mercado negro es bastante infantil. Estos mercados negros son de muy corta vida. Lo normal es que productores y consumidores fijen los precios. Estos intermediarios, comos los bachaqueros, producto de un mercado negro, son de corta vida. Es infantil la apreciación de que se trata del capitalismo de las clases populares. Un bachaquero no es ni siquiera solidario con sus propios vecinos, la mayoría vive en zonas populares y en los barrios la gente está comprando a los precios que coloca el bachaquero, no es solidario con su propia gente. No puede hablarse de un capitalismo de las masas populares porque se está atentando, dañando y vulnerando a la propia clase baja. Afortunadamente, el bachaqueo tiene vida corta, mientras dure el control de precios, el cual no será eterno.
-Incluso los bachaqueros cada vez consiguen menos productos, ¿qué ocurre? -El descenso de los precios del petróleo está incidiendo sobre las importaciones. La mayoría de los productos en el país son importados y por supuesto eso está causando una escasez generalizada, tanto de medicinas como de alimentos, que afecta a todos por igual, por eso hay menos productos. Ya se trata de un fenómeno macroeconómico.
Varió la operatividad de las ventas
Álvaro Entralgo, vicepresidente de Fedecámaras Lara y asesor comercial de la Cámara de Comercio del estado Lara, destacó que todo el sistema operativo relacionado con las ventas varió, en el sentido de que ahora los establecimientos modificaron sus horarios para poder abrir más temprano, igualmente, requieren que algunos empleados se encarguen de la entrega de los números, se habilitan más cajas, entre otras actividades, como la oferta de productos regulados por número de cédula.
“El bachaqueo sigue siendo un gran problema, todavía muy difícil de controlar. Todos los días hay colas, sobre todo de lunes a viernes, y buena parte de la gente que está en la cola bachaquea lo que consigue. Aunque se comenta que hasta los bachaqueros están consiguiendo poco porque cada vez hay menos alimentos”.
Miles de personas salen diariamente, madrugan, pernoctan, pasan días en colas por un producto regulado.
La semana pasada en un establecimiento chino del centro de la ciudad la gente conoció que al día siguiente venderían harina de maíz. La cola se armó desde las 4:00 de la mañana. Sin embargo, cada usuario pudo cargar con una sola harina.
Ante ese repetido escenario Entralgo comenta que urge sincerar los precios para que el comerciante recupere su valor dentro de la cadena.
“La parte laboral está afectada porque incluso muchos trabajadores dejaron su trabajo formal y pasaron al comercio informal. Aunque un empleo formal es mucho más seguro prefieren meterse a bachaqueros porque el salario mínimo es muchísimo más que mínimo ¿Qué puede hacer una persona con menos de 6.000 bolívares quincenales?”, se preguntó Entralgo.
Saqueos
Sólo durante el asueto de Semana Santa hubo 21 saqueos a escala nacional, dicho por el propio vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz.
“La gente se molesta, cada día está más airada, porque hay hambre, no encuentra qué comprar, por lo cual esos episodios se intensificarán cada día. La gente busca tumbar puertas. Considero que lo poco que está llegando debe distribuirse entre más establecimientos. Si no se alcanza un acuerdo nacional esto se nos va a ir de las manos”.
No hay bachaqueo
El señor Alí Almao, presidente de la Cámara de Importadores de Repuestos Automotrices del estado Lara, destacó que en el sector autopartes el bachaqueo no ha cobrado auge por el alto déficit de la materia prima.
“Es muy difícil el bachaqueo de autopartes porque la materia prima se importa en 80% y el 20% de fabricación nacional también requiere insumos importados. Claro, igualmente, no escapamos al bachaqueo de otros productos”.
Almao sabe de usuarios que hacen colas de hasta dos días para comprar baterías y cauchos, productos que superan los 10 mil y 25 mil bolívares respectivamente por unidad.
“El sector transporte en ese sentido está muy afectado. El que no tiene tiempo de hacer la cola se ve en la necesidad de pagar por un puesto en la cola. Muchos se les están sacando provecho a la crisis de manera inescrupulosa”.
Corrupción
El presidente Nicolás Maduro admitió hechos de corrupción en el sistema estatal de distribución de medicinas y que funcionarios gubernamentales acentuaban la escasez desviando productos al llamado mercado negro.
“Se nos creó una mafia interna; estaban falsificando las recetas médicas y robando las medicinas para el bachaqueo en la calle. ¿Cómo se llama eso? ¡Traición a la confianza, una puñalada!”, manifestó en una alocución televisada. Maduro creó en 2014 el llamado Sistema 0-800 Salud para la solicitud telefónica y entrega inmediata de medicinas a domicilio, “un sistema de emergencia” que al parecer ha beneficiado a 300.000 personas.
La escasez de medicamentos alcanza el 85% denunció Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela.
“El Siamed fue un gran error. El país tiene un problema de abastecimiento de medicamentos, no de distribución. Como es posible que tengan una mafia de corrupción en el 0800-Salud y no lo hayan podido anticipar”.