Durante la gestión de gobierno del Presidente Barack Obama, hemos observado con preocupación, su insistencia en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre los Estados Unidos y la República de Cuba.
Si hacemos un esfuerzo y retrocedemos un poco la historia, y nos ubicamos en el mes de Enero de 1.959 cuando arriba al poder la Revolución Cubana encabezada por Fidel y Raúl Castro, Che Guevara, Camilo Cienfuegos y tantos otros, se dio inicio a la entronización del régimen comunista en la isla durante estos 57 años.
Como es del conocimiento público, a partir de entonces la dictadura comunista cercena la Democracia, desaparece el sistema de
libertades, queda abolida la empresa privada, son expulsados los inversionistas extranjeros, se desata una atroz persecución contra la disidencia y se instituye, contra ellos, la pena de muerte a través del bestial “paredón”.
Todo esto trajo entre muchas consecuencias, un éxodo masivo de cubanos montados en “balsas”, con una elevada cantidad de fallecidos por naufragios, cuyo destino por excelencia eran las costas de Estados Unidos, en la Florida, así como también algunos otros países latinoamericanos.
Pero no conforme con este desastre, abrieron las puertas a la extinta Unión Soviética (URSS) otrora regente del comunismo internacional, convertidos además en financistas de los eternos “mantenidos” del régimen cubano y jugando un papel protagónico en la llamada “guerra fría”, con misiles incluidos.
Sin embargo no se detuvieron allí e intentaron exportar la revolución comunista a otros pises de Latinoamérica, de manera infructuosa por fortuna, incluyendo a Venezuela y la lucha armada de los años 60 en cuyo país se formaban los guerrilleros, produciéndose el rompimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con muchos países del continente, entre otros los Estados Unidos.
Ahora bien, si algunos de los hechos mencionados fueron los que llevaron a los Estados Unidos a romper relaciones y a aplicar un bloqueo o embargo económico a Cuba y estos permanecen aún vigentes, aunque traten de disimularlos, cuales razones privan entonces para que el Presidente Obama continúe en esa obstinada campaña de absolver o exonerar de culpas al régimen comunista cubano, sin que éstos den ninguna muestra de rectificación.
Otro hecho que no logramos digerir, es que mientras se presiona a Venezuela por la presunta violación de los derechos humanos y se le califica como una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos, al gobierno “comunista” de Cuba, se le extiende una especie de carta de buena conducta, le visita un Presidente norteamericano luego de 80 años sin hacerlo y se traslada hasta allá un equipo de las Grandes Ligas.
De tal manera, que como venezolano formado con ideales democráticos, libertarios y civilista, creemos que el gobierno estadounidense debe exigir, como condición, sine qua non, para revisar o modificar las medidas condenatorias, la abolición del régimen comunista, la libertad de los perseguidos políticos, el regreso de los exiliados, la celebración de elecciones libres y acabar con el capitalismo de estado, permitiendo la inversión privada y externa.
Finalmente debemos señalar, que tenemos serias reservas sobre la sinceridad y transparencia del régimen cubano en estas negociaciones, y como muchos pensamos, que La Habana busca por esta vía, la ayuda financiera que perdió de Venezuela. Valor y Pa´lante.