45 carros se quedaron sin batería en una sola noche, gracias a la delincuencia que ronda impunemente por los urbanismos ubicados en los alrededores de la avenida Hermán Garmendia de Barquisimeto.
Así lo manifestó Yonaida Pérez, miembro de la asociación de vecinos de la urbanización Río Lama, quien asegura que los delincuentes ingresan a las áreas comunes y estacionamientos del sitio, especialmente de noche y cuando se va la luz. La cerca que colinda con El Ujano es de poca ayuda para detener a los maleantes, pues la franquean con facilidad.
La puerta peatonal ubicada justo al lado de la oficina del Saime, constituye otro punto vulnerable. «Ahí están atracando demasiado, a un joven lo cortaron con una navaja, roban con pistolas a plena luz del día» especificó la delegada vecinal.
Se trata de un grupo bien organizado que incluso ha entrado «tipo comando» a algunas viviendas de las urbanizaciones de la zona: Plaza Caribe, La Segoviana, La Floresta, Villas del Este y Río Lama, todas son víctimas.
Los habitantes de estos complejos urbanísticos se han reunido para tratar de buscar soluciones en este sentido; una de ellas, es la organización vecinal. Han decidido utilizar grupos de Whatsapp para alertar sobre intrusos o carros sospechosos, y a falta de vigilancia policial, es la vigilancia vecinal la que emprende la labor, con pitos, matracas, linternas y hasta gritos, que resuenan desde balcones y ventanas con propósito de ahuyentar a los delincuentes.
En las Residencias Venezuela de Bararida la situación no es muy diferente, y ya son varias las oportunidades en que quienes allí viven se despiertan en la madrugada con el sobresalto de los sonidos indicativos de la presencia hamponil.
Representantes de estas urbanizaciones hacen un llamado a la Alcaldía y la Gobernación, para aumentar la presencia de efectivos de seguridad. «Necesitamos que nos resuelvan, porque somos venezolanos igual que todos los demás» exigió Pérez.
Autoprotección
En este sentido, el director del Observatorio Venezolano de Violencia y profesor de la UCV Roberto Briceño León, considera que la organización de las comunidades puede llegar a tener cierta utilidad, pero requiere también intervención policial.
«El elemento central de este fenómeno es el fortalecimiento de los vínculos de solidaridad entre las personas, que puede permitir la autoprotección entre ellos».
Sin embargo, explica el experto que es indispensable diferenciar entre acciones de protección para evitar un delito y acciones en castigo del delincuente, las cuales deben quedar en manos de las autoridades.