WASHINGTON, 6 Abr 2016 (AFP) – La subsecretaria estadounidense de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, llamó este miércoles a la liberación de los «presos políticos» en Venezuela, tras reunirse con familiares de dirigentes opositores encarcelados.
«La liberación de presos políticos en #Venezuela tenía que haberse hecho hace tiempo», escribió en Twitter Jacobson, quien se reunió en Washington con Lilian Tintori, esposa del dirigente opositor encarcelado Leopoldo López.
«En unión con las familias llamo por su liberación», añadió.
Jacobson saludó en otro tuit a la «valiente» Tintori por continuar su activismo «a pesar del gran riesgo personal».
El llamado de la diplomática estadounidense se une al del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien el martes pidió al presidente venezolano Nicolás Maduro firmar la ley de amnistía aprobada por el Parlamento opositor.
La ley, aprobada el pasado martes por la mayoría opositora de al Asamblea Nacional, busca sacar de la cárcel a unas 76 personas, incluyendo a López, y cientos de «perseguidos y exiliados» por su oposición al chavismo, según los parlamentarios.
Pero Maduro, heredero político del expresidente Hugo Chávez, anticipó que no le dará paso por considerar que viola la Constitución y pactos internacionales de derechos humanos.
El mandatario tiene plazo legal hasta el viernes para pronunciarse sobre la iniciativa.
Los lazos entre Washington y Caracas, sin embajadores desde 2010, se han tensado en las últimas semanas.
En una entrevista con la cadena CNN en Español en marzo, el presidente estadounidense Barack Obama, se mostró favorable a que los venezolanos elijan «cuanto antes» un gobierno «legítimo» para implementar mejores políticas económicas.
«¿Obama diciendo que hay que cambiar al gobierno de Venezuela? ¿Quién eres tú, Obama, para opinar sobre Venezuela? Ocúpate de tu país porque está bien mal», respondió Maduro.
Obama extendió por un año una orden ejecutiva que considera a Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria» a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos, lo que fue recibido por Maduro como una «luz verde para el golpismo y el terrorismo».