“La palabrota que ensucia la lengua termina por ensuciar el espíritu. Quien habla como un patán, termina por pensar como un patán, hay una indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción. No se puede pensar limpiamente, ni ejecutar con honradez, lo que se expresa en los peores términos soeces…”. Arturo Uslar Pietri
Tomo palabras de Arturo Uslar Pietri, porque supongo que muy pocos coterráneos desconocen la insigne trayectoria de éste polímata, abogado, periodista, escritor, productor de televisión y político venezolano, que ha sido considerado como uno de los intelectuales más importantes del siglo XX y, las adapto a las mías en un intento de sugerencia para aquellos que por error, omisión, ignorancia, chistología inadecuada y/o imprudencia, hacen uso inadecuado de la palabra, pronunciada o escrita, bien sea por el momento y/o por el tipo de personas a quien se dirige.
No pretendo ser intachable en mis actuaciones, desde siempre he sostenido que, como ser humano tengo el deber de ejercer el derecho de errar; porque no aspiro ser Dios.
Y referente al “cuide”, que se dice al cual juegan muchos ciudadanos, la gran mayoría, también tenemos el deber de ser prudentes. Estamos viviendo una era sumamente difícil en el país donde se dice que ocupamos el segundo lugar, entre los países más violentos del mundo. Donde impera la frase. “Cuando salimos a trabajar o hacer cualquier diligencia en la calle, no sabemos si vamos a regresar vivos o, despojados de alguna de nuestras pertenencias; desde el auto hasta el teléfono celular, pasando por el aro de matrimonio”.
En cualquier grupo de amistades se ha hecho típico encontrar personas que han sido secuestradas, robadas, hurtadas; asaltadas sus residencias; asesinados o amenazados sus seres queridos, amigos o conocidos; vivimos tras un candado, una reja, un cerco eléctrico; hay quien se aterra con sólo oír el ruido de una moto; hay quien ha sido perseguido por advertir el riesgo eléctrico que presagiaba la sequía; o ha sido enjuiciado por alertar al gobierno sobre situaciones que se han tornado crisis, como por ejemplo la del sistema de salud y suministro de medicamentos; algunas de extrema gravedad. Es manifiesto el cerco hecho a los medios de comunicación social; las actividades de los sectores que adversan al gobierno casi no son cubiertas y hechos gravísimos a veces son reseñados casi que a escondidas. La prensa escrita colapsa, la que no desaparece circula en su mínima expresión, por la falta del suministro de papel, todo, como consecuencia del monopolio imperante en su distribución; a pesar que, el monopolio… es un acto inconstitucional.
El desabastecimiento de alimentos es innegable, se presume qué, en oportunidades, han ocurrido saqueos o se ha intentado hacerlo; supuestamente, se ha creado un despotismo, entre algunos funcionarios que forman parte de las autoridades a quienes compete corregir las distorsiones del sistema de comercialización y se creó un nuevo sistema de distribución oprobioso e ilegal: “El bahaqueo”.
La cordura ha imperado entre los integrantes de la Red, más aún cuando hemos intentado cooperar con el sector gubernamental en situaciones sensiblemente difíciles, como es el caso de la delincuencia; manteniendo el criterio que, para la recuperación del país es prioritariamente imprescindible la restauración del estamento legal aplicado a través de la Justicia honesta, ¡con determinación, valor y… prudencia!