Todo empezó con unos cuantos gatitos. Pero casi 25 años después, una mujer de California ha convertido su vivienda de más de 371 metros cuadrados (4.000 pies cuadrados) en lo que se cree es el mayor centro de adopción y refugio para gatos no enjaulados de Estados Unidos.
Se estima que 24.000 gatos se habrían salvado gracias al refugio, que normalmente acoge a unos 1.000 felinos. Lynea Lattanzio abrió el Cat House en Kings tras descubrir que muchos centros próximos sacrificaban a los gatos que no eran adoptados.
Cuando comenzó a acoger más gatos salvajes y abandonados en su casa, se mudó a un tráiler instalado en su propiedad de 4,85 hectáreas (12 acres).
Lattanzio gastó todo su fondo de pensiones en su proyecto, que también se financia con donaciones.
«Si no tuviese que tratar con humanos y todos sus dramas en la vida, estaría perfectamente contenta ocupándome solo de los gatos», dijo.
Ahora tiene personal contratado y un equipo de voluntarios que la ayudan a mantener la casa limpia y a los gatos alimentados. El refugio emplea también a veterinarios que se ocupan de que los animales estén sanos, esterilizados y castrados. Los felinos consumen unas 1.000 latas de comida para gatos a la semana.
Quienes buscan compañía peluda pueden acercarse al centro y mimar a los gatitos los días de adopción.
Una valla a prueba de gatos mantiene a los depredadores alejados y las gateras les permiten reinar a su antojo en el interior de la vivienda.
«Tienen la casa. Tienen 12 acres. Pueden subir a un árbol. Pueden sentarse al sol en el exterior», explica Lattanzio. «Esto les da a los animales una razón para vivir frente a una vida dentro de una jaula solo porque nadie los quiera».