Así como de la botica de la abuela se originan los mejores remedios naturales y las más particulares recetas caseras, también surgen jabones con aromas particulares que puedan hacer los momentos más placenteros, regalarlos tranquilidad e incluso, alegrarnos el día. En el jardín de Deva… ¡nace todo esto!
Interesada desde siempre en las plantas medicinales y con inquietud por experimentar con diversos “menjurjes” como ella misma los califica cariñosamente, María Eugenia Prieto es una cariñosa mujer que elabora desde hace algún tiempo jabones artesanales, aprovechando las bondades de la naturaleza y sus más interesantes secretos.
Geógrafa de profesión y docente universitario de oficio, comenta que quizás la atracción por este tipo de cosas viene dada por su madre, pues como farmaceuta siempre estuvo involucrada con el mundo de la medicina y la combinación de elementos e ingredientes. “Recuerdo cuando mi hermana y yo íbamos de pequeña a la farmacia de mi mamá, allí había una cosa llamada recetura con puras gaveticas de madera de piso a techo que guardaban cosas interesantes y que nos fascinaba conocer”, comenta María entre risas haciendo alusión a sus recuerdos de infancia y ejemplificando la inocencia que siempre existió en ella, y al mismo tiempo, el deseo por descubrir.
Es así como en esta etapa de su vida, considera que hay mucho que la une al oficio de su madre, y elaborar jabones al igual que variados cosméticos artesanales, significa para ella, un contacto especial con su niñez. Por ello, se ha preparado con diversos cursos en el área y se documenta constantemente para desarrollar técnicas y combinar diversos productos, dando vida a interesantes propuestas.
Por otro lado, busca que su línea tenga un carácter sostenible no solo a nivel económico sino también ecológico, ya que como ella misma lo expresa, el tema del reciclaje forma parte de su “consciencia planetaria” pues gran parte de la materia prima con la que trabaja proviene de lo natural.
Placer para la piel
Vista como una actividad que la desestresa y sirve para complementar su trabajo de enseñar, Prieto disfruta sus días fabricando este tipo de productos con todo lo que implica el proceso, desde elaborar la glicerina que brinda humedad en la piel, hasta seleccionar el elemento particular que le proporcionará forma, textura, olor y color.
En función de ello, ofrece desde “El Jardín de Deva” como lleva por nombre la marca, jabones terapéuticos de onoto, avena, arcilla verde, moringa, zábila, manzanilla con miel y chocolate con café; buenos para suavizar, cicatrizar, desinflamar, exfoliar y controlar grasas en la piel. Por otro lado, entre aquellos considerados de tipo cosmético, destacan los de coco, parchita, mandarina, limón, almendra y rosas, que en general, sirven para proporcionar sensación de placer, revitalizar y alegrarnos el día.
Todos contienen vitamina E-que funciona como antioxidante-, y no presentan olores artificiales; además de ello, María Eugenia busca que sean estéticamente agradables y atractivos a la vista, especialmente los navideños, con aroma a manzana o canela a propósito de las festividades.
Finalmente, para esta emprendedora la experiencia le ha permitido reencontrarse con la naturaleza, para aprovechar sus bondades y llevarlas hacia quienes adquieren sus productos, entre los que cuentan además, cremas hidratantes y geles antibacteriales.
“Siento que la medicina está en la naturaleza y podemos disponer de ella, para curarnos física, espiritual y emocionalmente”
Información: Facebook: El Jardín de Deva