La elección primaria de Wisconsin el martes próximo aparece cada vez más como un salvavidas para los republicanos desesperados por detener la marcha de Donald Trump hacia la candidatura. Después de una de sus peores semanas de la campaña, llega a un estado que rechaza su estilo político agresivo.
Una derrota por amplio margen en Wisconsin reduciría las probabilidades de Trump de obtener el mínimo de delegados que necesita para asegurarse la candidatura antes de la convención en julio. A la vez daría esperanzas a su rival Ted Cruz y a los grupos que ven en Trump una amenaza para el futuro del Partido Republicano.
«Creo que todo el país observa la elección que hará Wisconsin en esta campaña y creo que la elección que haga Wisconsin tendrá repercusiones durante mucho tiempo», dijo Cruz en entrevista con la radio WTMJ.
La visión de Trump es color de rosa: «Si ganamos Wisconsin, prácticamente se acabó».
Sin embargo, casi nada le ha resultado bien en los últimos días.
Antes de su arribo, lo destrozaron en entrevistas con un trío de influyentes comentaristas de derecha. El martes, horas antes de su primer evento en el estado, el gobernador Scott Walker dio su respaldo al senador texano Cruz.
Parte de sus problemas son de su propia factura. Corey Lewandowski, su director de campaña, fue acusado de agresión simple tras un altercado con una reportera. Luego, Trump tuvo que retractarse de su declaración de que las mujeres que abortan deben ser castigadas, un comentario que provocó el violento rechazo tanto de los partidarios como de los opositores del aborto legal.
Lea también:
EEUU: Líderes conservadores buscan la manera de frenar a Trump
