El aeropuerto de Bruselas, cuyo hall de salidas fue devastado por un doble atentado el 22 de marzo, está «técnicamente listo» para reanudar parcialmente sus operaciones, pero no habrá «vuelos de pasajeros hasta el viernes por la noche», indicó el operador Brussels Airport en un comunicado.
«La última etapa para reanudar las actividades es una aprobación formal de parte de las autoridades políticas», añade, por lo que se decidió «no organizar vuelos de pasajeros seguramente hasta el viernes incluido».
El comunicado no precisa cuándo «las instancias competentes» tomarán la decisión formal.
La zona de registro y despacho de equipaje del aeropuerto terminó devastada por la explosión de dos bombas el 22 de marzo. Desde entonces el aeropuerto permanece cerrado.
Luego de una simulación en infraestructuras temporarias, «el aeropuerto está técnicamente listo para reanudar los vuelos de pasajeros», indica el comunicado.
«Brussels Airport Company recibió la luz verde del servicio de bomberos y de la Dirección General de Transporte Aéreo (DGTA)», añade.
Pero los sindicatos de policía amenazaron con una huelga si las autoridades deciden reanudar las operaciones con el dispositivo temporario actual.
«La terminal temporaria no garantiza la seguridad, y no se escucha la resistencia» de los agentes de policía, dijo a AFP Vincent Houssin, portavoz del sindicato de los uniformados SLFP.
«Uno de los puntos concierne el escaneo de todos los pasajeros» antes de que ingresen en la zona de registro y despacho de equipaje, como lo reclamaron los policías en una carta abierta en la que enumeran sus inquietudes y publicada este martes por la prensa, explicó.
Las infraestructuras instaladas «en pocos días» permitirán recibir a 800 pasajeros por hora para las salidas desde Bruselas, esto es, según Brussels Airport, 2,5 millones de pasajeros por año «lo que representa un 20% de la capacidad normal del aeropuerto».
El aeropuerto de Bruselas emplea directa o indirectamente a unas 20.000 personas.
Antes de los atentados, el operador reivindicaba un tráfico de pasajeros de 23,5 millones de personas y 489.000 toneladas de flete por año.