La policía belga detuvo el domingo a cuatro personas en una docena de redadas tras los atentados del martes, mientras grupos antimotines recurrieron a camiones lanza agua contra ultraderechistas que irrumpieron en la plaza donde se homenajea a las víctimas de los ataques.
Trece nuevos allanamientos fueron realizados el domingo en Bruselas y en el norte de Bélgica, y cuatro personas quedaron detenidas provisionalmente, según la fiscalía, que no precisó si esas operaciones estaban relacionadas con los atentados más sangrientos desde 1945.
Los cuatro detenidos deben ser presentados este mismo domingo ante el juez de instrucción.
Entretanto en la Plaza de la Bourse, donde se concentran los belgas que rinden homenaje a los muertos y heridos, irrumpieron decenas de manifestantes de ultraderecha vestidos de negro.
Vigilados al principio de lejos por las fuerzas antidisturbios, los manifestantes repitieron varios eslóganes contra el grupo yihadista Estado Islámico, que reivindicó los atentados.
La manifestación perturbó el recogimiento de decenas de personas que, desde el martes, rinden homenaje, en silencio o con canciones, a las 28 personas muertas en los ataques yihadistas. La tensión era palpable entre los dos grupos.
Tensión en la plaza
«Cómplices terroristas, cómplices terroristas», les gritaron a los manifestantes pacíficos instalados en las escaleras de la plaza de la Bolsa. «El fascismo no pasará», respondían éstos.
La policía utilizó sus camiones lanza agua contra los manifestantes y luego detuvo a una decena de ellos, según un periodista de la AFP.
Más tarde, los manifestantes se dispersaron y se dirigieron en pequeños grupos a la estación del Norte. «Estado, cómplice de Dáesh (acrónimo árabe del EI)», gritaron algunos a la policía y a los militares.