Obama en Cuba

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El viaje del Presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, a Cuba y luego a la Argentina, puede apreciarse como un intento para abrir un nuevo capítulo en las relaciones de la potencia del norte con América Latina, si tomamos en cuenta la repercusión que tendrá en la actividad económica, política, social y cultural en la mayoría de los países de este subcontinente.

En lo económico no hay lugar a dudas que existen intereses mutuos en el comercio y la transferencia de tecnología que ha impulsado y continuará ahora con más énfasis después de la visita de Barak Obama a Raúl Castro, quien ha dado inicio a una apertura en el campo de la actividad privada, aunque en incipiente escala. Con la visita no sólo de Obama sino también del gran número de empresarios que forma parte de de su comitiva y que se reunión con sus pares cubanos, podemos inferir que en poco tiempo las relaciones económicas superarán las expectativas de muchos. Y si tomamos en cuenta la experiencia China en la que el capitalismo le ha permitido a ese país crear 400 millones de nuevos empleos y las reservas internacionales más abundantes del mundo, podemos concluir que América Latina y Estados Unidos comienzan a transitar las relaciones propias de un mundo globalizado, en que también se ampliará la transferencias de tecnologías.

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En lo político seguirán existiendo profundas diferencias ideológicas y en particular sobre los Derechos Humanos, con la esperanza de los cubanos de poder defender con mayor libertad los atropellos y violaciones de que puedan ser víctimas, llevando sus casos a organismos internacionales que mandato de acuerdos multilaterales tienen esas funciones. Hoy pueden contar con aliados internacionales, por lo menos para amortiguar los extremos de los abusos de algunas autoridades. Aunque serán los propios cubanos como lo expresó Obama, quienes resolverán sus problemas, sin intervención extranjera, algo sobre lo que dio garantías el propio Presidente norteamericano.

En lo social y cultural es algo que ya ha comenzado cultivarse desde el mismo momento en que ambos mandatarios anunciaron al mundo el 17 de diciembre de2014 que darían comienzo a una negociación y entendimiento que eliminaría los últimos vestigios de la guerra fría que había imperado entre Cuba y Estados Unidos. Los viajes de cubanos residenciados o exiliados en los Estados Unidos han sido facilitados para visitar sus familiares, e incluso viajes de ciudadanos norteamericanos han proliferado en abundancia, lo que es factible que mejoren las relaciones sociales y culturales de ambos pueblos.

Queda por resolver el embargo que afecta a algunos productos que necesita el pueblo cubano, porque el bloqueo ya no existe, lo cual constituye de parte de Barak Obama, quien ha solicitado su eliminación al Congreso de USA, un mensaje para el resto de los latinoamericanos, de cómo deben ser la relaciones entre las naciones en un mundo democrático, civilizado y globalizado. Libertad de comercio y ninguna guerra económica; preponderancia de la paz y ninguna amenaza de invasión por los marines; relaciones de respeto mutuo y ninguna injerencia extranjera. Por la paz en Colombia, en América y en el mundo. Contra todo pasado dogmático y violento, podría ser una simbología generada por el encuentro entre Barak Obama y Raúl Castro.

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