Nueva Zelanda es famosa por sus paisajes naturales y una de sus principales atracciones son dos glaciares impactantes e inusuales, que serpentean a lo largo de una montaña y a los que uno puede acercarse a pie.
Los glaciares Fox y Franz Josef, sin embargo, se están derritiendo a paso tan acelerado que resulta peligroso para los turistas acercarse a ellos por un valle, lo que ha puesto fin a una tradición centenaria. Dado que las temperaturas mundiales siguen subiendo y no hay indicios de que eso vaya a cambiar, los científicos dicen que este es otro ejemplo de cómo el calentamiento global está afectando el medio ambiente.
Nueva Zelanda tiene una industria turística floreciente y el año pasado casi un millón de personas vieron los glaciares y los valles espectaculares que han generado, pero la única forma de llegar a ellos ahora es mediante helicópteros.
Los operadores de tours ofrecen vuelos y caminatas guiadas por los glaciares, pero por razones logísticas se permiten solo 80.000 visitantes al año, la mitad de lo que alguna vez admitieron. Otras 150.000 personas toman vuelos que aterrizan brevemente encima de los glaciares.
Los vuelos conllevan sus riesgos. En noviembre un helicóptero turístico se estrelló en el Glaciar Fox y las siete personas a bordo murieron.
Entrevistado en la base del glaciar Franz Josef, Wayne Costello, director de distrito de operaciones del Departamento de Conservación, dijo que cuando llegó hace ocho años, las rocas de la zona estaban cubiertas por toneladas de hielo. En la actualidad, el glaciar se acaba cuando uno se adentra 800 metros (media milla) en el valle.
Debido al deshielo, las paredes del valle, que alguna vez estuvieron protegidas por los glaciares, han quedado expuestas y vulnerables a la caída de rocas, lo que hace que resulte peligroso ir a pie. Los operadores de tours dejaron de hacer visitas guiadas a pie al Franz Josef en 2012 y al Fox en 2014.
Un artículo publicado en 2014 en la revista Global and Planetary Change dijo que los dos glaciares han perdido 3 kilómetros (1,9 millas) de hielo desde el 1800 y son hoy un 20% más cortos. Los autores dijeron que en tiempos recientes se derriten a un ritmo mucho más acelerado.
Heather Purdie, científica de la University of Canterbury y quien dirigió el estudio, dijo que el cambio climático es la principal razón de todo esto.
Las altas temperaturas han creado otro tipo de atracción del otro lado de las montañas. Purdie dice que los glaciares se reducen tan rápidamente allí que los turistas pueden tomar botes y acercarse a grandes icebergs que se desprenden.
Un viaje en helicóptero al Fox permite ver profundas grietas en el traslúcido hielo azul e imponentes cuevas que pueden ser visitadas por turistas en paseos guiados. El guía cuenta una leyenda maorí según la cual el Glaciar Franz Josef comenzó a formarse a partir de las lágrimas de una mujer cuyo amante murió en una avalancha.
Los glaciares se forman por la caída de nieves sobre una cuenca alta. La nieve se convierte en hielo y fluye hacia los valles de abajo, como una pasta de dientes que es estrujada para que salga de su tubo. Los glaciares se deslizan por la montaña y van recogiendo rocas y otros escombros.
Es una región sujeta a rápidos cambios de clima.
En la base del Franz Josef, la turista holandesa Dieuwke Derkse dijo que se sentía abrumada por la belleza del glaciar y la pureza del medio ambiente.