Zseremeta rató de ser jugador profesional en Panamá, pero sucumbió en el intento y decidió estudiar arquitectura. Vino a Venezuela en 2008 para entrenar a un equipo de Caracas y recibió la oportunidad de dirigir a la selección nacional.
Desde entonces no ha hecho otra cosa que coleccionar resultados positivos y poner al fútbol femenino del país en el mapa mundial, incluso como potencia de Suramérica.
Bajo su mando llegó la clasificación al Mundial sub17 de Trinidad y Tobago, en 2010, algo que en su momento fue considerado un enorme logro, sin sospechar que era el principio de un proceso que daría alegrías más grandes, como la del Suramericano de Paraguay hace tres años, cuando amarró el histórico primero título vinotinto en competiciones de la Conmebol.
Ahora mismo está a un paso de su tercer avance a un mundial y su segunda corona consecutiva, para terminar de agrandar su leyenda. Zseremeta, apellido difícil de olvidar por la forma como se escribe, pero también por el aporte al avance del balompié nacional de damas.