Cuando la política tiene el sentido de servicio al bien común, quien conduzca el destino de una nación, debe estar interesado de oír lo que quiera esa nación, y de estar en sintonía con ella, aunque no siempre pueda complacer todo lo que le solicite. Pero en cualquier caso, quien pretenda ser líder debe o complacer lo que el pueblo le pida o convencer al pueblo que la petición no es conveniente. En Venezuela existe hoy un clamor popular que llega desde el más apartado de los pueblos del país: Maduro renuncia.
El Presidente no solo no oye ese clamor, sino que no desea saber las razones de esa petición popular y mucho menos explicar que su renuncia sería inconveniente.Los venezolanos de verdadero talante democrático no queremos violencia, no queremos confrontaciones innecesarias, queremos dirimir nuestras controversias en paz y rápidamente. Se han propuestas tantas fórmulas pero todas tan lentas que la búsqueda de una solución viable, segura y expedita se ha tornado desesperante. Los diagnósticos del mal estado de la nación están hechos. Todos estamos sufriendo los embates de la destrucción moral, material y espiritual de la república. Leí un artículo del general Guaicaipuro Lameda, donde explica que esa destrucción no es por ineficiencia del régimen, es por algo más grave, dice Lameda, es intencional, es para cambiar la manera de pensar de los nuevos venezolanos y para cambiar los valores de la venezolanidad. El hombre nuevo venezolano del que han hablado muchas veces, pretende el régimen hacerlo nacer a como de lugar y tiene el propósito de ejecutar ese plan, en un plazo de 30 años, de los cuales ya han transcurrido 18. Los venezolanos nos oponemos a esos infames propósitos. No hemos aceptado nunca una cubanización de Venezuela y en este momento está absolutamente claro que el país en un ochenta por ciento (80%) repudia a Maduro y le pide su renuncia. Cada vez es mayor el número de venezolanos que no acepta el estado de cosas que vivimos, prueba de ello fueron los resultados del 6 de diciembre pasado y las encuestas hoy indican que el sector opositor al régimen ganaría en diciembre de este año, 21 gobernaciones de estado.
La gente perdió el miedo. Es tal el deterioro nacional que bien vale la pena la lucha en la calle para cambiar el actual estado de cosas. El fin de semana pasado salieron los dos sectores nacionales que se disputan el favor del pueblo, fue notoria la superioridad de las fuerzas opositoras pidiendo la renuncia de Maduro. Me llegaron dos videos, uno donde una funcionaria del Seniat renuncia a ese organismo, porque está harta del desprecio y de las humillaciones a que son sometidos los empleados y ella en particular por sus jefes y otro donde una alta funcionaria del TSJ arriesgó su estabilidad laboral y fue a la marcha convocada por la MUD. Valientes ambas mujeres venezolanas. Maduro renuncia, no tienes alternativa.
