Venezuela se sobra en todas las facetas del juego. Ataca, sí, y es muy contundente, empujada por dos fuera de serie como Deyna Castellanos y Daniuska Rodríguez, sin olvidar el aporte de la habilidosa Yerliane Moreno, pero también es categórica en defensa, con apenas un gol encajado en cinco presentaciones.
Es una máquina en todos los sentidos. Y perfecta, sin fisuras. Lo demuestra con su desempeño en el terreno de juego y con lo que reflejan los números. Ninguna selección se acerca a lo hecho por la Vinotinto. Ganó sus cuatro partidos de la fase de grupos y también dominó su primer duelo del cuadrangular final. De sus rivales, solo Brasil mantiene el invicto, pero no tuvo el pleno de triunfos en la primera fase.
Venezuela, es además, el elenco más goleador del certamen con 20 dianas, 16 en la primera ronda y cuatro en el inicio de la fase final, tras la victoria 4-0 sobre Colombia. Y en defensa, ni se diga, tan contundente como en el otro costado. Apenas un tanto ha recibido, lo que quiere decir que cerró cuatro de sus cinco desafíos con el arco en cero.
Es, a todas luces, una selección fuera de lote, un escalón por encima de las demás. No en balde tiene pie y medio en el Mundial de Jordania, el objetivo inicial que persigue la oncena nacional, que acomete el actual Suramericano sub17 de fútbol femenino como el campeón en ejercicio.
90 Minutos le separan de sellar el pase a la cita orbital. Mañana enfrenta a Paraguay, al que ya le vio la cara en la anterior ronda, y conseguirá el billete de manera oficial con una victoria, porque llegaría a seis puntos y las paraguayas no le alcanzarían en la tabla de posiciones, dentro de un cuadrangular final que entrega pasaje a tres de las cuatro participantes.
Las guaraníes ya le jugaron un buen partido a Brasil hace dos días y perdieron por la mínima diferencia, con un dispositivo defensivo que le permitió frenar a las atacantes del elenco amazónico. Posiblemente intente lo mismo con Venezuela, pero sabe que la potencia de Castellanos y el rosario de recursos de Rodríguez requieren de un esfuerzo extra.
La clasificación está casi en el bolsillo, pero no es el único objetivo. La tropa nacional quiere, además, revalidar el título continental, algo que parece al alcance porque ni el mismo Brasil pareciera tener los argumentos como para atravesarse en el camino. Se percibe el aroma de título en el ambiente.