Objetiva y literalmente hablando, la cruz es una figura geométrica que consta de dos líneas (o barras) que se entrecruzan en ángulo recto; sin embargo, más allá de su definición netamente teórica, la cruz tiene un significado que traspasa los límites de la razón y se aloja dentro del alma, pues ella, sencilla, milagrosa y eterna, es el emblema de infinidad de culturas y religiones, simbolizando en la más universal, el Cristianismo, mucho más que una simple figura
Considerado por infinidad de personas alrededor del mundo, uno de los emblemas más universales, conocidos y venerado de la historia de la humanidad, la cruz es también una de las figuras más representativas del Cristianismo y uno de los símbolos más globales del amor puro, infinito y desinteresado, siendo la Latina la más valiosa para la rama católica, pues esta es utilizada en decenas de países para representar tanto el calvario de El Redentor como su presencia, confirmando así un sabio dicho que asegura que “donde está la cruz, está el crucificado”.
Y es que para todo aquel que profese el Cristianismo, en cualquiera de sus manifestaciones, la cruz tiene un significado especialmente profundo y un poder inimaginable, pues aunque no se tenga documentación histórica precisa sobre los detalles de la muerte de Jesús, más allá de los explicados en el Nuevo Testamento, ella inevitablemente nos rememora el devastador y humillante momento en el que los intereses de la época se conjugaron para ejecutar a ese hombre inocente que dio su vida por lavar nuestros pecados, que murió para salvar a la humanidad en aquel patíbulo deshonroso.
Así, principalmente inspirados en aquellas conmovedoras palabras que Jesús dijo antes de morir, con las que le suplicaba a su Creador “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23, 24), la cruz, su lugar de ejecución, comenzó a considerarse bandera del dolor propio y ajeno, de los millones de hombres que sufren día a día por cualquier causa, de los condenados injustamente, de los asesinados despiadadamente a lo largo de la historia de la humanidad, bien sea por intereses políticos, culturales, ideológicos, religiosos o raciales, representando así los sentimientos más puros que puedan existir: Amor, aún en el dolor; y perdón, aún en la injusticia.
Así mismo, hay quienes creen fervientemente que la parte vertical de este “árbol de salvación” representa la divinidad de Jesús, mientras que la porción horizontal es su humanidad, lo que claramente pone en evidencia aquella fuerte y arraigada creencia que asegura que Dios, el Mesías, nuestro Señor o, como prefiramos llamarlo, definitivamente fue mucho más un ser divino que un hombre, y que la cruz, más allá de ser el lugar en el que dio por nosotros sus últimos alientos, es un símbolo sagrado sinónimo de inquebrantable esperanza, de amor y sacrificios desinteresados y de infinita misericordia.
Todo un símbolo universal
– Cruz de Caravaca: Cruz patriarcal adornada con dos ángeles que reproduce la forma del relicario que posee un “lignum crucis”, un fragmento de la cruz en la que Jesucristo fue crucificado, y el cual se exhibe en la Basílica del Real Alcázar de la Vera Cruz en Murcia, España.
– Cruz Celta: Con un anillo en su intersección, fue usada en la realización de grandes cruces monumentales de piedra en el Cristianismo temprano irlandés.
– Cruz Copta Antigua: Consiste en dos trazos que representan par de brazos iguales y un pequeño círculo en su intersección, además de cuatro “T” mayúsculas entre sus brazos que asemejan los clavos con los que fue crucificado Jesucristo.
– Cruz Copta Moderna: Es la más utilizada por la Iglesia Copta de Alejandría y por la Iglesia Católica Copta, su forma es bastante parecida a la Cruz Griega y su decoración es recargada.
– Cruz Griega: Consiste en cuatro brazos exactamente iguales, ha sido muy empleada durante el período del Cristianismo primitivo y por cristianos ortodoxos. En Latín, es conocida como crux immissa quadrata.
– Cruz Hugonota: Esta insignia protestante del sur de Francia, tiene forma de cruz de Malta, con flores de lis entre sus brazos cuyas puntas terminan en pequeños círculos. Además, posee un colgante con forma de paloma que simboliza al Espíritu Santo.
– Cruz de Malta: También conocida como de San Juan o de ocho puntas, esta cruz es el símbolo de los caballeros que servían en el hospital de Jerusalén. Sus brazos tienen la forma de cuatro “V” mayúsculas unidas por los vértices, lo que quiere decir que cada uno tiene dos puntas.
– Cruz Mariana: Se trata de una Cruz Latina acompañada por una “M” mayúscula en el espacio inferior derecho, la cual representa la devoción católica por la Virgen María.
– Cruz Papal: También conocida como Pontificia, esta cruz consta de tres franjas que, de abajo hacia arriba, van de mayor a menor tamaño, simbolizando la autoridad del pontífice romano como obispo de Roma, patriarca de Occidente y sucesor del apóstol San Pedro.
– Cruz Patriarcal: Es muy similar a la Papal, pero cuenta con sólo dos franjas y es el signo distintivo de arzobispos y patriarcas.
– Cruz Tau: Conocida también como de San Antonio, egipcia o crux commissa en latín, esta cruz tiene forma de “T” mayúscula y fue utilizada por San Francisco de Asís como firma.
“La Cruz Latina consta de dos segmentos de diferentes tamaños que se cruzan en ángulo recto, con uno más pequeño, ubicado horizontalmente, que mide tres cuartos en comparación con el más grande”
“Según diversos estudios, las primeras imágenes cristianas no mostraban a Jesús crucificado, sino como pastor. Sin embargo, el Grafito de Alexámenos, fue una representación hallada en un muro del monte Palatino que podría ser la más antigua en plasmar al Mesías en la cruz”
“La Cruz Latina, también llamada crux ordinaria en Latín, es el símbolo más utilizado por las diferentes confesiones del Cristianismo, pues según los textos del Nuevo Testamento, representa la muerte y posterior resurrección de Jesucristo”