El barquisimetano Francisco Gilberto Mendoza, cabeza y figura de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) durante más de tres décadas, el viernes por la tarde falló en su combate final que libró ante un cáncer en los últimos años que desde el año pasado lo apartó de los ensogados de la dirigencia.
Mendoza, gladiador formado en las filas del gimnasio Pantera Negra en Barquisimeto, de donde era oriundo (30 de marzo 1943), tuvo el orgullo de hacer guantes con Ramoncito Arias, el campeón de la época.
Cumplida sin suerte su trayectoria como pugilista, en los años 70 se trasladó hasta Maracay y allí recibió el apoyo de Alfredo Sarmiento, quien lo convirtió en tesorero de la Asociación de Boxeo de Aragua, hasta convertirse en el rector de la misma.
El progreso como dirigente era notable hasta que logra avanzar y cumplir con sus escarceos en la AMB de la mano de Freddy Mandry Galíndez, quien presidía el organismo mundial y le allanó el camino a la presidencia, la cual tomó después que el panameño Rodrigo Sánchez dejara la cúpula por enfermedad.
Instalado como presidente, Mendoza hizo valiosos aportes al pugilismo mundial profesional al ser el creador del sistema mundial de clasificaciones que todavía tiene vigencia, además de ser el promotor principal del programa bandera de la AMB “KO a las Drogas”, cuyo obtetivo principal era el de llevar el pugilismo a las regiones más apartadas.
En diciembre del 2015, Gilberto Mendoza fue acosado en los encordados por un cáncer que lo obligó a renunciar al organismo que presidió durante 33 años, descargando la responsaibilidad en su hijo Gilberto Jesús Mendoza, quien, al igual que su padre se levantó en el ambiente del boxeo, especialmente en el profesional.