El seleccionado colombiano femenino Sub17 se tiró al rectángulo del Metropolitano de Cabudare bajo la angustia y necesidad de conseguir un empate frente a las filas brasileñas para sellar el pase al cuadrangular final del campeonato suramericano, y a fe que lo hizo, porque al concluir las acciones a cero goles, después de un par de actuaciones providenciales de su golera Camila Zamorano, tiene vigente la oportunidad de seguir en la lucha por uno de los tres cupos al Mundial de la categoría en Jordania y, por supuesto, el título continental.
Las conducidas por Carlos Quintero, que ya habían librado desde las tribunas otra batalla de intensidad emocional al ligar que uruguayas y ecuatorianas en el choque anterior finalizaran empatadas para preservar sus posibilidades, como en efecto sucedió, sintieron en los últimos diez minutos un constante asedio amazónico, exponenciado cuando su defensora central, Camila Agudelo, debió abandonar la cancha por doble tarjeta amarilla, lo que obligó al reacomodamiento de sus líneas por la inferioridad numérica.
Colombia tendrá ahora al igual que el resto de los elencos clasificados un descanso de tres días -viernes, sábado y domingo- para acometer desde el venidero lunes 14 el cuadrangular final frente al seleccionado anfitrión, Venezuela, candidato firme a retener la diadema que conquistara en la edición anterior.
Brasil, por su parte, clasificado desde la fecha previa, fue punzante desde los minutos iniciales en provecho del nerviosismo exhibido por las rivales, quienes no atinaban con la fórmula que las pudiera llevar a campo enemigo.
Después de trasegar con mucha suerte durante varias fracciones, las colombianas encontraron en Lauda Barreto una salida y así el partido se equilibró, al menos en la alternacia de la pelota hasta conseguir rebanar en definitiva toda la primera parte.
Sin cambios en sus líneas, los dos bandos, recibidas las atenciones técnicas en el entretiempo, se lanzaron al tiempo complementario casi con el mismo libreto: Brasil con un fútbol a ráfagas y Colombia con la apuesta del pelotazo para desahogarse momentáneamente del dominio contrario.
En ese ir y venir, en la fracción 60, la amazónica Nikole Silva, una centrodelantera inquietante en todo momento, preparó la esférica para su perfil zurdo y exigió a la golera colombiana en preludio de lo que se avecinaba.
Así, más tarde (71), Isabella Almeida, de tiro libre mandó un bombazo que acechante cabeceó Thais Da Silva para el primer atajadón providencial de Zamorano, quien de esa manera sumaba votos para convertirse, al menos, en la gran salvadora de todo un elenco colombiano que parecía refundirse por momentos en la alcoba de las angustias y las esperanzas por el tiempo que restaba en escena.
Cuatro minutos más tarde, cuando el asedio arreciaba por parte de las brasileñas, Camila Zamorano, de nuevo, ahora sobre el primer palo, tapó con su cuerpo un remate que había nacido en el centro de Jaqueline Ribeiro, pasó por la testa de una de sus compañeras quien la peinó y fue rematada en forma casi certera por Nicole Silva, quien no podía creer, por sus gestos, lo hecho por Zamorano. Al final, más angustias, todas, pero con el resultado apetecido en las manos y la ilusión enriquecida.