El empuje y la garra de la atacante Esperanza Pizarro, recién ingresada al terreno de juego, le permitió a Uruguay imponerse por 0-1 a Colombia, en un duelo clave del grupo B, y colocarse en posición favorable de cara a la última jornada de la llave -mañana- cuando se discutirán los dos últimos boletos para la fase final del Suramericano sub17 de fútbol femenino que se disputa en el estadio Metropolitano de Cabudare.
El gol de las uruguayas llegó en el minuto 89 y fue marcado por la delantera Tamara García.
Segundos antes, Pizarro estaba en la raya lateral, mientras esperaba la autorización de la principal para entrar al campo en cambio por Melisa Molina, y al pisar el césped, de una, salió disparada hacia su derecha presionar la salida de las colombianas.
Su determinación le rindió dividendos, porque recuperó una pelota clave por el sector diestro para luego ir al fondo de la raya y de inmediato poner un pase preciso a los pies de García, quien la empujó al fondo de las redes ante la salida de la portera Camila Zamora.
Fue un final de película y también inesperado por lo que había ocurrido en el trámite del compromiso.
De esa manera, la oncena charrúa pasó de estar al borde de la eliminación a quedar con una opción clara de clasificación, por encima de la misma Colombia.
Colombianas y uruguayas están como escoltas de Brasil en el grupo B. Ambas tienen 6 contables, tres menos que la oncena amazónica, pero las cafeteras aparecen en la segunda plaza por su mejor diferencia de goles (+3 contra +1).
Sin embargo, la jornada final de la fase de grupos le depara a las colombianas una rival mucho más exigente, porque enfrenta a Brasil, que no ha clasificado todavía y necesita dar el golpe definitivo, mientras que las uruguayas van contra Ecuador, mucho más accesible. Entre Brasil, Colombia y Uruguay saldrán los otros dos representativos que acompañarán a Venezuela y Paraguay en el cuadrangular final, que tendrá en juego los tres pasajes al Mundial Jordania 2016.
El resultado final fue un castigo severo para una Colombia que dominó la mayor parte del compromiso, con su juego de posesión, balón a ras de césped y mucho toque, pero acusó falta de contundencia, sin tener capacidad para generar peligro real en el último cuarto de cancha. De hecho, sus ocasiones más claras no las generó por virtudes propias, sino que por malas salidas de la golera celeste Josefina Villanueva, pero en ambas oportunidades apareció la pierna de una defensa para salvar el arco.
Claro está, el mérito lo tuvo Uruguay, que completó una presentación bastante pulcra en defensa, con las centrales Daiana Farías y Lorena Yaque agigantadas e impasables, al igual que la lateral izquierda Martina Duque, encargada de “apagar” a la habilidosa Mayreth Pérez, que venía de marcarle dos a Ecuador.
Uruguay jugó a lo suyo, esperar atrás, sacar todo lo que cayese en su área y después intentar marcar un gol en contragolpe o pelota quieta. Era el libreto que estaba cantado antes del partido, por las características de cada equipo, y así se cumplió, en el duelo más parejo hasta la fecha de todo el certamen.
