La falta de valores que hay en la sociedad es evidente en cualquier parte a la que vayamos, pero una de las más comunes es en transporte público, cuando no hay puestos disponibles y se monta una mujer embaraza, o con niños en brazos, o una persona de la tercera edad, y cada quien se hace la vista gorda sin ceder el asiento.
Solamente basta con tener cuatro dedos de frente para saber que ella necesita más el puesto que nosotros porque si el conductor tuviera que frenar repentinamente, un hombre tendría mayor fuerza física para mantenerse de pie, y así la dama no correría ningún riesgo con el bebe, o de sufrir algún daño.
No es posible que los conductores tengan que andar pidiéndoles el favor a los usuarios para que cedan el asiento porque nadie se atreve a levantarse, entonces dice: “Hasta que nadie le ceda un puesto a la señora no arranco”. Y ahí es donde sale alguien a pararse porque tiene necesidad de llegar pronto a su destino.
No es necesario que tengamos que llegar a tanto y perder tiempo por algo que debería salir de las personas. Hagamos el bien, por el bien de los demás y de nosotros.