“El hombre más poderoso es aquel que es totalmente dueño de sí mismo”. Aristóteles
Debemos tener sensatez para tomar decisiones acertadas. A veces el dudar es perder; la optimización del tiempo es imperante cuando la falta de toma de decisiones ocasiona daños, que se hacen irreversibles en la medida que transcurren los lapsos. La situación del país no es como para tomarla a la ligera, echar a andar el aparato productivo no es tarea fácil después de la constante agresión que ha recibido todo aquel que ha tenido éxito en este sector de la economía nacional.
Los empresarios han sido satanizados de una manera incongruente e inaceptable que ha llevado al desbaratamiento de un sistema que tiene su origen en la creación misma de la república. Y, pregunto:
¿Si se rescatan, confiscan, invaden, y/o expropian a las empresas y se entregan a los obreros y empleados, pasan ellos a ser empresarios?
La única salida por la cual podemos optar debe ser la confianza que podamos dar a quienes se atrevan a invertir o trabajar en el país, y esta, tiene sus cimientos en la seguridad y jurídica y personal que pueda garantizar el Estamento Legal ejercido por la Justicia Honesta en forma plenamente demostrada.
Es obligatorio parar la destrucción genética venezolana que fue lograda durante billones de años y la estamos exportando, despiadadamente, con la migración del talento logrado con el esfuerzo, tesón y perseverancia de nuestros jóvenes, cuando buscaron la superación, personal y económica en nuestras instituciones educativas durante largos años de estudios, y es muy difícil hacerla retornar después de que se haya asentado en los países que le brinden prosperidad, seguridad laboral, de inversión, y seguridad personal de regiones donde ir a un abasto no significa poner en riesgo alguna propiedad, como un automóvil, una prenda, o un teléfono celular así sea barato; o, lo que es peor, la vida de la persona o de algún ser querido que le acompañe.
Esto no se logra elaborando libretos de película de ciencia ficción. La economía es muy prudente y está regida por leyes que no aceptan impunidad. Esa prudencia hace que las herramientas de la producción migren en busca de protección cuando son amenazadas; para conjugar los factores de la producción es imprescindible la utilización del capital; y para la expansión de la producción es absolutamente necesaria e insustituible la productividad; la optimización marginal de la renta, tan satanizada por los sistemas socialistas que nunca han explicado que lo que resulta negativo es la malversación de la renta.
Está demostrado: “No existe sistema productivo que haya logrado trabajar a perdidas, por el contrario si se trabaja a perdidas, mientras más se produce más se pierde”.
La verdad bien explicada a los sectores más necesitados se debe establecer de manera inequívoca y para esto tenemos suficientes personas que han vivido en los dos sistemas impuestos en Venezuela y pueden dar fe, sin ideologías fanatizadas, sobre la gran diferencia que hemos vivido en durante los lapsos de ambos sistemas.
¿Por qué el gobierno, presuntamente, se reserva el derecho a vender el petróleo con, aproximadamente, un 700% de ganancia, si tomamos las cifras de algunos funcionarios que dicen que el costo de producción es de 18$/barril y lo han vendido en más de 125$, mientras a los empresarios se restringe el porcentaje de utilidad a tan sólo 30%?
Si tomamos decisiones acertadas… ¡Lo mejor está por venir!