Dos jóvenes se ahogaron en el aliviadero de Dos Cerritos

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El sábado en la noche comenzó la fiesta para los vecinos de la calle 7 con vereda 2 del barrio La Municipal en el oeste de Barquisimeto, no celebraban nada especial, pero estaban animados así que compraron varias cajas de cervezas y colocaron música.

En la madrugada el ambiente se puso mejor y uno de los vecinos que tiene una buseta, les propuso dar un paseo: “vámonos para el río” les dijo. Nueve personas, entre ellos un niño de ocho años de edad, se subieron a la unidad, primero fueron a comprar más cervezas pero la licorería estaba cerrada, de todos modos siguieron su rumbo.

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En la vía hacia El Tocuyo, efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana instalados en un punto fijo de control le indicó al conductor de la buseta, adscrita a la línea de la Ruta 13, que se detuviera. El chofer enseñó la documentación, les indicó que se trataba de un viaje familiar y continuaron su camino.

A las 6:00 de la mañana llegaron al aliviadero del embalse Dos Cerritos. El aliviadero es la estructura ideada para mantener el nivel del embalse, pero también es aprovechado como lago por pescadores, para la navegación y esparcimiento.

Apenas se instalaban cuando Elizabeth González se fue directo al agua, cuyo nivel estaba a dos metros de profundidad. Repentinamente la mujer se hundió pero volvió a salir, se veía fatigada. El hermano, Ángelo José González Díaz (25) y su vecino Julio César Rodríguez Viscaya (26) se sumergieron para salvarla.

¡Voltéate y flota! le gritaban a la mujer, así lo hizo con la ayuda de los muchachos que la empujaban hacia la orilla hasta que salió, pero los jóvenes mecánicos se comenzaron a hundir, estaban atrapados entre las algas marinas.

Julio César se hundía y volvía a tomar aire, pedía auxilio a gritos pero pronto se hundió y no volvió a flotar, a los pocos segundos su amigo Ángelo también desapareció.

El relato lo contó William Sosa, amigo de las víctimas y testigo del hecho. Dijo que se metió al aliviadero para tratar de sacarlos pero no los encontró.

A las 7:10 de la mañana sonó el teléfono de la Estación de Bomberos del municipio Morán.

El rescate de los cadáveres

Félix Linares, comandante del Cuerpo de Bomberos, detalló las técnicas usadas para rescatar los cadáveres de los jóvenes.

Seis efectivos se introdujeron en el agua con una cuerda desplazable de 75 metros de largo justamente en el lugar de la inmersión, desde el medio de la canal hacia la orilla practicaron lo que en términos de la profesión se conoce como sistema de barrido y además usaron la técnica de apnea que consiste en tomar aire y sumergirse a pulmón libre.

A las 8:18 de la mañana localizaron el cuerpo sin vida de Ángelo González, lo amarraron a una cesta de rescate y lo llevaron hacia la orilla.

Una hora después, a las 9:20, hallaron el cadáver de Julio César y también lo arrastraron hacia la orilla.

Ambos cuerpos estuvieron sumergidos hasta la llegada de los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas. El comandante de los bomberos explicó que exponerlos al sol acelera el proceso de descomposición.

Dos familias destrozadas

Antes del mediodía fueron retirados ambos cadáveres y colocados en la furgoneta para el traslado hacia la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda en Barquisimeto. La escena era dolorosa, se escuchaban intensos sollozos, una mujer se desmayó y otros dolientes se abalanzaron sobre las víctimas.

Algunos culparon al conductor del bus porque fue el que inventó el viaje.

¿Por qué se ahogaron?

Todavía no hay una causa certera. Félix Linares indicó que varios factores posiblemente influyeron para que los jóvenes se ahogaran, en primer lugar estaban alcoholizados, situación que los mismos familiares admitieron, en segundo lugar, la poca capacidad de nado y el contacto con las algas.

“Al sentir la lampaza se desesperaron, ella no enreda pero el factor psicológico seguramente les jugó en contra, se sintieron atrapados, la respiración se aceleró y se dieron por vencidos” apuntó el especialista.

Las algas aumentan la calidad del agua, son útiles para el medioambiente pero en esa zona no es recomendable bañarse.

Remolinos por montón

Eduar Pérez pesca en el área hace más de 40 años, es un baqueano. Dijo que a las aguas hay que pedirles permiso para sumergirse, él lo hace cada vez que va con sus hijos a poner la malla para extraer especialmente pico ‘e frasco y guabina.

“Esta parte de la represa tiene más de 50 muertos” comentó, recordó que en el mismo lugar se ahogó un policía hace una década y también dos muchachas de 15 años.

Señaló que mayormente quienes se ahogan no son de El Tocuyo porque “uno conoce lo suyo”.

Por ejemplo, los turistas buscan bañarse donde no hay algas, pero no saben que esas son las zonas donde hay más remolinos, especialmente en esta época de verano que culmina a principios de mayo.

Pasada esa fecha, el nivel de las aguas en el aliviadero pueden llegar a tener tres metros y medio de profundidad.

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