Luego de transcurridos alrededor de 18 meses fuera de las páginas de opinión de la prensa escrita, gracias a la gentileza del buen amigo y colega José Ángel Ocanto, a partir de hoy podrán leer Séptimo Día a través del diario EL IMPULSO, Decano de la Prensa Nacional.
Entrando en materia, en estos momentos nuestro país se encuentra inmerso en la peor crisis de su historia, la cual abarca los diferentes estamentos de la sociedad: política, económica y social, visto así en procura de simplificar lo más posible.
En lo relativo al aspecto político, durante los últimos 18 años nos ha tocado convivir bajo un régimen totalitario, hegemónico y militarista, el cual ha devenido en una disimulada dictadura constitucional (dictablanda), un proceso político inspirado en la extinta ideología comunista, con un legado de miseria, violencia y una población en penosa destrucción, con un sistema judicial corrompido y subordinado al Poder Ejecutivo, a esto debemos agregarle, y un exagerado y enfermizo culto a la personalidad de su “edulcorado” líder.
En materia económica los resultados evidencian una catástrofe total, se ha impuesto un modelo que ha conducido a la quiebra del aparato productivo, las expropiaciones o confiscaciones a empresas y tierras en plena producción nos ha llevado a un espantoso desabastecimiento de todo cuanto consumimos y pasamos a una economía de puertos, importando el 90% de lo requerido para cubrir nuestras necesidades prioritarias.
A esto debemos agregar que a pesar de los inmensos ingresos fiscales registrados, los mismos fueron malversados, dilapidados, regalados y “robados” desde el alto gobierno, desembocando en la inflación más alta del mundo, con una tasa de desempleo infinita, un salario devaluado, con el cierre de una cantidad de empresas, con un asfixiante control de precios y de cambio, además de un desenfrenado endeudamiento interno y externo, y una alocada propensión a disponer de las reservas minerales como el oro, diamante, y otros.
Por lo que se refiere al hecho social, siendo la población la principal protagonista, esta ha sido empobrecida física y mentalmente, además de explotar sus necesidades y carencias con un exacerbado y falseado “populismo”, incrementando groseramente la pobreza del pueblo con engañosas ofertas, como la asignación de viviendas sin títulos de propiedad, programas de salud con ”médicos” cubanos en centros de salud sin insumos ni medicinas, con una educación ideologizada y carente de una buena infraestructura escolar y calidad docente, con una población vejada en su dignidad, al realizar interminables colas para adquirir parte de su canasta básica y niños sin alimentos ni medicinas.
Esto es apenas el comienzo de nuestro análisis, continuaremos cada semana “valor y pa´lante”.