Desde hace años gran parte de las casas de estudios universitarias del estado, y del país en general, tienen un gran problema que las agobia; como es el hecho de no contar con recursos necesarios para mantener la academia.
Venezuela, más allá de las crisis, se ha caracterizado por la formación de excelentes profesionales, un talento digno de ser exportado. Sin embargo, esto podría cambiar; no por el desinterés de quienes ingresan a las universidades, sino por todo lo que requiere brindar una educación de calidad. Apenas el 1,5% del PIB es destinado a los recintos universitarios, cifra que poco alcanza para cubrir todas las necesidades que demandan las instituciones.
Si bien desde hace algún tiempo ha disminuido considerablemente el precio del petróleo, la situación que sufren las casas de estudio no es algo reciente; situación que les impide recibir un presupuesto suficiente. UCLA, UPEL y Unexpo forman parte de las universidades cuyos recursos otorgados por el Ministerio de Educación Universitaria de Ciencia y Tecnología, dejan por afuera gastos de suma importancia. Del monto aprobado anualmente, casi un 90% es dirigido al pago de nómina de los trabajadores, lo restante debe repartirse entre providencias estudiantiles y gastos de funcionamiento. Un anteproyecto debe ser presentado anualmente por cada institución, en donde se especifique el monto solicitado y para qué será destinado el mismo, no obstante la cifra que se pide, pocas veces o nunca es otorgada en su totalidad, lo que deja a las universidades con deficiencias presupuestarias.
Problemas individuales
Con créditos adicionales y donaciones deben entonces mantenerse las casas de estudio, con tan bajo recurso les permite cubrir gastos hasta 3 o 4 meses por lo máximo. La UCLA solicitó la cantidad de 10.574.857.330,00 bolívares para los gastos correspondientes para el 2016, de los cuales solo fueron aprobados Bs. 1.557.590.142,00. Esto significa que tan solo un 14,72% de lo que se pidió, fue asignado; dejando así un déficit de un 85, 28%. Las consecuencias que esto genera son interminables, pero sin duda alguna las principales son el caso de los beneficios que tienen los estudiantes y dejan de ser cubiertos por no contar con dinero.
El principal problema de la UCLA son las providencias estudiantiles, en especial lo que se refiere al transporte ha sido noticia últimamente, logrando incluso un retraso en el inicio de clases. La razón principal de la situación se debió a que los encargados del sector automotor solicitaban un incremento del 270% en el monto de las rutas. Estos alegaban que las condiciones del país genera un gran gasto en los transportistas quienes deben costear el mantenimiento de las unidades y lo difícil que resulta adquirir algún repuesto. A ningún acuerdo se logró llegar, pues la cifra solicitada era imposible de costear para la UCLA con el bajo presupuesto que tiene, llevándola entonces a trabajar de la mano con Transbarca, quienes además; luego de varias conversaciones, ofrecieron ayuda a los buses que pertenecen a la universidad para obtener repuestos de la proveeduría.
La misma situación abarca a otras universidades, pues los montos que se otorgaron a las instituciones no están acordes a la realidad que se vive, señalan los encargados del área administrativa. En la UPEL el Ministerio tiene como costo de la bandeja de alimentos que se ofrece en el comedor, a tan solo 113 bolívares; un monto que en la actualidad no cubre ni siquiera el costo de un desayuno básico. Esto ha generado que dicha universidad no presente oferta por parte empresas para ofrecer tal servicio, lo que mantiene a miles de estudiantes que hacen vida en la UPEL sin comedor desde el mes de octubre.
El director decano, Nelson Silva, expresó que se cuenta con una cantidad de 12 millones de bolívares, dinero que sobró del 2015, pero sin licitación nada se puede hacer. “Hay personas que creen que nosotros podemos poner el precio que queramos a la bandeja y pagarlo como si nada, pero no es así, es un proceso. Hasta que el Ministerio no apruebe una tarifa mayor no podemos hacer uso del dinero que se tiene”, resaltó.
La UPEL, cuyo presupuesto solicitado fue de 16.394.906.953,00 bolívares solo les fue otorgados 4.556.452.480,00 bolívares, lo que corresponde solo al 27% de lo solicitado. Más del 70% de lo concedido se destinará al pago de nómina, un 17% a gastos de funcionamiento y un 9% a providencias estudiantiles; lo que garantiza el servicio hasta el mes de mayo si se consigue alguna empresa que acepte el pago de poco más de 100 bolívares por bandeja. El cuerpo directivo conoce que es un precio sumamente bajo y es necesario que se incremento se haga al menos a 500 bolívares acorde a la situación económica, esto por supuesto reduciría los días de servicio.
“Jheyson Guzmán en una visita nos respondió que él se haría cargo de conseguir a alguien para el comedor, han pasado meses y seguimos a la espera”, dijo Silva. Con respecto al transporte también tienen problemas, cuentan con 10 unidades propias de las cuales solo 6 están operativas y el resto espera repuestos, por lo que solicitaron la ayuda del presidente de Transbarca, Nelson Torcate, quien aseguró que serían otorgadas las herramientas para solucionar la situación.
Por su parte la Unexpo recibió 1.244 millones de bolívares; según lo informado por la rectora de la institución, Rita Áñez, este monto llega a cubrir solo tres meses de salarios y providencias. “La OPSU nos informó que contamos con un dinero que nos permite extender por otros tres meses el pago, pero no sabemos cuánto es”, dijo. Señaló que ante el desconocimiento no pueden esperar a último momento para solicitar recursos adicionales, por lo que de acuerdo a las conversaciones establecidas con la comisión destinada por la Asamblea Nacional a la crisis universitaria, se pedirá el incremento del presupuesto a las casas de estudio.
La universidad experimental forma parte de aquellas que cuyo dinero sobrante del 2015 no llega a cubrir el pago de los trabajadores de los tres vicerrectorados con los que cuenta, por lo cual, hasta el día viernes, permanecían en búsqueda de los recursos para lograr realizar los respectivos depósitos. Las instituciones de educación superior no ven positivo el año que apenas empieza, aún cuando intentan hacerlo, temen permanecer con el calvario que significa vivir al día con el pago tanto a empleados como al resto de los gastos. La inflación consume gran parte de lo que se les aprobó, lo que impide muchas veces hacer compras de materiales para el funcionamiento, pues cuando es aprobado el dinero, estos ya aumentaron su costo. El cambio de ministro también significó un retraso, anteriormente con Manuel Fernández se tenía un trabajo hecho. Ahora corresponde a Jorge Arreaza al menos intentar solucionar los males existentes en la educación universitaria.
Sin recursos del 2016-03-06
Ya inició el segundo mes del año y aún las universidades no han recibido lo acordado por parte del Ministerio, que si bien no había sido lo solicitado, igual forma parte importante para el subsistir de las instituciones, tomando en cuenta que los recursos que estas pueden generar no logran cubrir todos los gastos que representan.
Para la segunda quincena del mes de enero las casas de estudio se vieron obligadas a usar recursos sobrantes del 2015 para garantizar el pago de los trabajadores, mientras que otras siguen a la espera de que el presupuesto sea otorgado y de esa manera otorgar el salario a los empleados.
No obstante, aquellas que tuvieron suerte para pagar con dinero del año pasado aseguraron que no tendrán la misma dicha para la próxima quincena, por lo que han realizado un llamado de urgencia a que el dinero sea depositado a las universidades, desconociendo la razón por las cuales aún no han cumplido con tal deber que pone en juego el sueldo de miles de trabajadores