Yo no sé si Roberto Gómez Bolaños alguna vez estuvo en Carora y aprendió el uso del cha, che, chi, cho o chu, para llamar a las personas; lo cierto es que desde que alguien le dijo que él era un Shakespeare chiquito (un Chespirito) decidió bautizar a todos sus personajes con nombres comenzados con la letra Ch.
Supongo que en algún momento de la historia caroreña debió existir algún Chespirito que empezó a llamar a todos sus vecinos y amistades con nombres comenzados con Ch y de allí nació la tradición que ha llegado hasta nuestros días.
No es de extrañar que cuando Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios estuvo de visita en Carora haya salido a tomar fresco en el balcón de los Alvarez y algún paseante de la plaza le haya saludado: “Epa Chemón”.
En cualquier parte de habla hispana a los Francisco se les dice Pancho, Paco o Pacho; en Carora no, aquí es Chico.
En algunas partes a los José se les llama Pepe por la abreviatura de Pater Putativis (P.P.) que se le daba a San José por no ser el verdadero padre de Jesús. Aquí sería Che, el papá de Chus.
El caroreño más universal es Chío y la Virgen que veneran es la de la Chiquinquirá.
Es tanta la manía de meterle la Ch al nombre que a María del Carmen le dicen Marucha y a Pablo Jesús Pachucho.
Cuando yo llegué a trabajar a San Francisco (San Pancho) me tocó atender al Dr. Chichí González y al Dr. Chepel Morón, el hermano de Aliché. Cuando me hablaron de la Chata Ocanto pensé que tenía la cara como una locha. Ninguno aparecía con ese nombre en el directorio del Colegio de Abogados del estado Lara.
En Mérida Chuy es nombre de hombre, aquí es unisex; por eso hay hombres y mujeres llamadas Chío y Chelo, indiferentemente.
No faltará quien diga que Ernesto Guevara era caroreño porque todos lo conocían por el Ché y que Chopin era un compositor caroreño hijo de Chila.
Buscando, es posible que hasta consiga algún restaurante donde vendan puros platos con Ch, chorizo, chicha, chinchurria, chivo, chistorra, churrasco, chimichurri, etc.
Y así vamos encontrándonos con Chemón, Chepeme, Chucho, Chica, Chispa, Chente, Chuno, Chino, Chavela, Changa, Chulalo, Chinto, Chuto, Chuma, Cheche, Chomai, Chato, Chichina, Chiquinei, Chuya, Chule, Cheto, Chavela, Chano, Chíncara, Chalía, Chito, Chebio, Chita y pare usted de contar. No sé cómo se escaparon Betote y Tamakun.
Yo por mi parte, como nací en Mérida me han llamado indistintamente Tito, Titán, Kiko, Zurdo, Cocó y Pancho. Si hubiese sido caroreño sería Franchico Chomán Zamchano Chómez.