Mientras el Gobierno nacional se mantiene en una lucha de poderes contra la Asamblea Nacional usando la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia para limitar funciones, en el país se agudiza la escasez de medicamentos para todo tipo de enfermedad, incluso aquellas que dependen de fármacos para mantener la vida de un paciente.
¿La causa? La disminución de las divisas para cancelar a los proveedores internacionales y en el caso de la producción nacional la falta de materia prima o activos, que en su mayoría deben ser importadas, para poder fabricarlos.
Las personas que sufren de hipertensión, hiper o hipotiroidismo, cáncer, diabetes, convulsiones, lupus y sida, por ser enfermedades de tratamiento prolongado fueron los primeros en Venezuela en sentir la escasez de fármacos, pero con el tiempo tales limitaciones se fueron incrementando hasta no conseguir pastillas anticonceptivas o algún tipo de antibiótico.
Recorrer los centros asistenciales de Barquisimeto significa encontrarse con un sin fin de testimonios de personas que buscan desesperadamente el medicamente indicado en el récipe que fue entregado por su médico tratante, pero después de visitar a más de cinco farmacias sin obtener resultados positivos, sólo les queda encomendarse a Dios.
Ramona Mendoza viajó desde San Joaquín del estado Carabobo hasta Barquisimeto para acudir a su cita médica en Ascardio, tiene 15 años sufriendo de la tensión, pero desde hace dos meses no consiguen las cuatro pastillas que debe ingerir todos los días, entre esas la Coraspirina.
En las últimas semanas se ha sentido muy mal, a punto de ser llevada a un hospital, por lo que decidieron acudir al especialista para que le recomiende otro tipo de medicamentos o que pueden hacer ante la escasez. A ella la acompañaba su prima porque también tiene problemas auditivos y la prótesis que debe colocarse supera el millón de bolívares, recursos con que no cuenta la familia y por lo que han decidido aprender el lenguaje de señas para comunicarse con Ramona.
Como tiene parientes en Barquisimeto, ellos la ayudan buscando las medicinas en las farmacias de Lara para después enviárselas.
Para algunos es un milagro
María Felicia Montilla de 62 años sufre diabetes y la tensión, adquirir medicamentos para ambas enfermedades representa para ella un milagro, porque a cada farmacia que acude las repuestas son negativas. Para el problema de la azúcar sólo le quedaba una pastilla para el día siguiente de que fue consultada. “Ahora quedo en manos de nuestro señor Jesucristo”.
En menos de un año la señora María se contagió de Chicunguya y recientemente le dio el zika, su cuerpo le ha ido manifestado dolencias y otras afecciones por lo que mandaron a realizar una serie de exámenes de los que se pudo realizar 10 y el resto no fue posible por la falta de reactivos.
Rosa Madrid de Suárez hace cuatro años que el indicaron el Losartán para controlar sus problemas con la tensión, aunque se le hacía difícil comprarlo porque no en todas las farmacias estaba disponible, afirma que siempre “corría con la suerte y por lo menos dos cajas se llevaba a su casa”. Sin embargo, desde hace tres meses dejó de consumirla porque a su juicio prácticamente desaparecieron del mercado.
A ese problema se le une una celulitis que le salió en una pierna limitándola para caminar y por lo que estaba esperando para ser atendida por un especialista.
“Desde que tengo la pierna así mi esposo y mis hijos me ayudan buscando los medicamentos, pero no es fácil porque al final eso nos genera es más preocupación”.
En el exterior es impensable
Una lista de 15 fármacos lleva siempre en su bolsillo el señor Alfredo Rodríguez de 71 años, indicados para la tensión, diabetes, circulación, corazón y laberintitis.
“Por fuera me veo bien, pero por dentro no tanto”, dijo entre risas mientras explicaba que hace tiempo pudo comprar varias cajas de medicamentos cuando comenzó a escuchar la problemática del sector farmacéutico y alertaron la escasez, pero jamás se imaginó que sería de tal magnitud.
Esa despensa se ha ido agotando y no sabe cómo hará. Le preocupa que el Procoralan, uno de los medicamentos que debe consumir, se encuentre agotado como se lo han indicado en cada una de las farmacias que ya ha visitado, es el indicado para su problema del corazón.
“Yo me la paso buscando, pero aún no he conseguido la primera caja de ésta lista. Revisé las posibilidades en el exterior, pero es imposible por lo costoso, además tampoco hay los dólares y de los que yo consumo exigen orden medica, por lo tanto tendría que viajar”. Se la pasa revisando las redes y demás medios donde se publica la disponibilidad de los fármacos.
Aunque les cambien el medicamento
Afuera de los consultorios de la Sociedad Anticancerosa del estado Lara, esperaba Aleidana de la Rosa de 64 años de edad, su afección es la misma de la mayoría de las personas de la tercera edad; la tensión. Tiene tres meses sin el medicamento, recientemente fue atendida por unos cubanos quienes le cambiaron el fármaco, pero después de varios intentos de búsqueda tampoco lo consiguió.
“Es más el tiempo que pierdo en colas en las farmacias que la medicina que compro”, expresó Melania Escalona de 63 años; debe consumir losartán y la única caja de pastillas que tiene le queda para cinco días. Vive en Humocaro Alto y afirma que con algunos medicamentos es más fácil conseguirlos en el Tocuyo, pero por lo general debe viajar hasta Barquisimeto.
Los adultos mayores que recorren las instalaciones del Hospital Central Antonio María Pineda cuentan historias similares, algunas con enfermedades más graves que otras, pero al final la preocupación es la misma. ¿Cómo garantizar la salud sin los medicamentos?.
La cara de preocupación de Juan Lozada, al salir de la emergencia del hospital, dejaba ver las dificultades por las que estaba pasando.
No dudó en contar que a su padre lo acababan de dejar hospitalizado después de varios episodios de convulsión desde que salió de su casa, en un caserío del municipio Crespo.
Explicó que hace un mes que no consigue las pastillas que debe tomarse todos los días para evitar que convulsione. “Esa es una enfermedad que lo acompañan desde que yo estaba pequeño, pero que antes siempre se conseguían las pastillas y no había problema”. Relató Juan, quien agregó que en su familia tiene una sobrina de 9 años que también convulsiona. Hace seis meses que le consiguieron la enfermedad.
Ayuda Internacional
A mediados del mes de febrero una comisión de la Asamblea Nacional acudió hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Washington, para solicitar el envío a Venezuela de «ayuda humanitaria», y para que el organismo evaluara in situ la crisis sanitaria que se está viviendo.
El médico y diputado José Manuel Olivares, quien preside la subcomisión de salud de la Asamblea Nacional fue el encargo de presentar ante el Fondo Rotatorio-Estratégico de Medicinas de la OMS testimonios, estudios y estadísticas que muestran por lo que deben pasar los ciudadanos para tratar de mantener su salud.
Indicó que la escasez de preservativos y pastillas anticonceptivas supera el 80% y 95% respectivamente, nueve regiones del país carecen de tratamientos de radioterapia y hasta 20 medicamentos contra el cáncer escasean.
Sin embargo, para que la medida humanitaria se llevara a cabo es necesario que la solitud sea realizada por el Ejecutivo nacional y a la fecha el presidente Nicolás Maduro no lo ha hecho.
Sin fármacos para el dolor
Tensopin, keiran, cyclogyl, dolomax, ciclokapron, adrenalina, notolac y unasyn son algunos de las medicinas usadas para calmar el dolor y que actualmente no cuenta la Sociedad Anticancerosa del estado Lara. Román Arcangel Pastrán, miembro de la directiva, destacó que la crisis del sector farmacéutico desde febrero de 2015 comenzó a sentirse en la sede por la dificultad para adquirir las medicinas e insumos para cumplir con las quimioterapias o realizar cirugías.
Pastran junto a la administradora explicaron que las solicitudes se hacen a los proveedores, pero no son despechados o son muy pocas las unidades que llegan y en el caso de los insumos los que se consiguen tienen precios elevados. Comparó que el año pasado una caja de guantes les costaba 250 bolívares y actualmente las pueden adquirir en 7.000 bolívares.
Ante la crisis y por ser una sociedad para ayudar a los más necesitados han acudido a las empresas privadas pidiendo ayuda con recursos o con donación de los medicamentos que hagan falta, señalaron que muchos familiares de pacientes que fallecen o superan la enfermedad regalan los fármacos que les quedan.
“A veces nos da mucho sentimiento tener que pedirle a los pacientes que traigan ciertas medicinas para que sean tratados aquí, porque estamos conscientes de las dificultades económicas, pero lamentablemente no abarcamos todo. Hacemos lo que se puede”.
En el área de cirugía, el coordinador Pompeyo Cárdenas, señaló que aunque se trató de adquirir la mayor cantidad de insumos y medicamentos para ser administrados durante el 2016, tienen fallas con las soluciones fisiológicas, sondas de aspiración, antibióticos, analgésicos, recolectores de drenes, suturas. A pesar de todas esas dificultades afirmó que no se han disminuido el número de intervenciones quirúrgicas que se realizan diariamente, que al mes suman 130 en su mayoría oncológicas.
En la Sociedad Anticancerosa el área de quimioterapia recibe cada mes 25 nuevos pacientes y los casos de cáncer que más se registran siguen siendo los de mama y útero.