Sigue el gobierno sin aceptar la derrota que le infringió el pueblo el pasado 6D. Al no poder por sus propios medios, facultades y bandas armadas impedir el funcionamiento de la AN, han recurrido a su brazo político jurídico, el TSJ. Ya vimos como este órgano sumiso al PSUV, derogó arbitrariamente la elección de 4 diputados electos por el estado Amazonas para, según ellos, quitarle la mayoría calificada a la oposición en la AN. Luego fue la anulación de la decisión de la AN con relación al decreto de emergencia económica. Y ahora la mayor aberración jurídica jamás vista con la sentencia del TSJ que le impide a la Asamblea Nacional revisar el nombramiento de los llamados magistrados exprés y coartarle otras de sus atribuciones, como las expresamente señaladas en los artículos 187, numerales 1, 2, 3, 5, 10, 19 y 20, y 193, 222 y 223 de la Constitución. Qué vergüenza de magistrados. Por cierto que mientras escribo mi paraninfo nos enteramos que son tan torpes que ni siquiera supieron firmar la sentencia como ordena su propia legislación, así que la tal sentencia quedó de hecho y de derecho nula de toda nulidad, o mejor no existió.
Pero lo más grave de todo esto es que está en juego la gobernabilidad de las instituciones de la República. El funcionamiento autónomo de los poderes públicos. Un poder ejecutivo que controlo de forma grosera al TSJ, a la Fiscalía, la Defensoría, la Contraloría y el CNE y tiene a la FANB como su brazo político armado y de igual manera trata de desconocer al otro poder público elegido popularmente, la AN. Esto es inconcebible en un régimen que se supone democrático. Aclaro, siempre he mantenido que este régimen no es democrático, es una especie de régimen castro comunista. Todo esto hace que la paz de la República esté en peligro. Un pueblo que en una relación cercana a un 80% no comparte en absoluto no va a seguir aceptando estas arbitrariedades de un gobierno corrupto, narcotraficante, incapaz, forajido y que a decir de muchos, en especial nuestro compañero presidente de la AN, Henry Ramos, está casi en el suelo. Yo agregaría que se pasó de maduro y se pudrió. Y lo podrido hay que botarlo rápido porque hiede.
Con relación a esto de botarlo se barajan varias posibilidades: Renuncia (RN), abandono del cargo, la nacionalidad del presidente, el referendo revocatorio, la enmienda constitucional, la Constituyente, todas ajustadas a lo que establece la Constitución. Pero también todas con la seguridad de que serán objetadas por este dócil y manejable TSJ. Por ello creo que una vía exprés sería modificar el TSJ. Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Y muerto el perro se acabó la rabia. De lo contrario podríamos estar cerca, muy cerca, de un evento que nadie quiere ni desea, pero es que el pueblo puede hacer el papel de bolsa por un tiempo, pero no todo el tiempo. Un pueblo bravo, arrecho, con hambre, no le para ni lo paran ni las balas ni botas. Amigos comunistas, relean la historia, sobre todo la de sus camaradas.