Un niño de un año y cinco meses de nacido murió este jueves en la tarde en el Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga luego de sufrir quemaduras de primer grado por la explosión de un fogón rudimentario.
Los hechos ocurrieron el 16 de febrero en el caserío Las Oficinas de Moroturo en el municipio Urdaneta, cuando la tía del infante se disponía a preparar la comida y roció kerosene al fogón.
El niño sufrió lesiones en el 18 % de su cuerpo, especialmente en el rostro y pecho. Estaba siendo atendido en la unidad de caumatología (unidad de quemados) del Pediátrico.
Funcionarios del Cicpc iniciaron una averiguación para corroborar la información aportada por los familiares.