Dos crímenes se cometieron entre la madrugada y la mañana de este domingo en la parroquia Juan de Villegas, al oeste de la ciudad. El primer hecho fue en el barrio Los Ángeles, cuando un joven aparentemente se vio envuelto en una riña.
El segundo suceso fue en el barrio La Paz, donde un hombre fue ultimado por defender a su madre .
Fueron motorizados
A eso de las 4:00 de la mañana cuando de un disparo en el pecho unos motorizados le segaron la vida a: Carlos José López Olavarrieta (21), en la calle La Victoria, del sector 4 del barrio Los Ángeles.
El joven era el cuarto de cinco hijos, estaba en la Nueva Paz con su madre tomando en casa de su hermana con algunos amigos, a eso de las 8:00 de la noche del sábado la señora Maritza Olavarrieta le dijo que se fueran a la casa, pero el muchacho indicó que más tarde le llegaba.
A las 4:00 de la mañana a la calle 10 de Los Ángeles unas vecinas tocaron la puerta un poco asustadas, le avisaban a la señora que el cuerpo de su hijo estaba tirado en la calle de tierra a dos cuadras de su morada. Olavarrieta corrió y al llegar constató lo peor.
El joven estaba sobre un charco de sangre y una botella de cocuy estaba quebrada la misma la cargaba desde temprano, habían rastros de sangre que indicaban que había intentado escapar de sus atacantes.
En el momento nadie quiso decir nada al respecto, pero horas más tarde indicaron que la víctima no se encontraba solo, venía en compañía de una jovencita llamada Daniela quien vio todo lo sucedido.
Los residentes de la zona comentan que entre la noche y madrugada por el barrio habían muchas personas extrañas ajenas a la zona, e inclusive a una cuadra del lugar se estaba realizando una fiesta, donde desconocen si López Olavarrieta estuvo. Las personas que no quisieron identificarse creen que se trata de una riña, porque el joven era conocido por la zona, pues se crió en el barrio y no era de mal comportamiento.
La señora Olavarrieta comenta que actualmente su hijo no estaba trabajando, pero como sabía del oficio de la albañilería estaba colaborando con la construcción de su vivienda, la cual estaba siendo hecha por Corpolara. Llorando lamenta la pérdida de su hijo, asegurando que era un muchacho muy confiado y sin malicia.
El asesino era un jovencito
El segundo hecho fue a las 6:15 de la mañana de ayer, en la parcela 7, de la manzana D, del sector 9 del barrio La Paz.
Julio Cesar Yépez Giménez (33), le cayó a piedras y botellazos a un delincuente que minutos antes intentó robar a su madre y el mismo disparó. El proyectil le dio en el estómago.
Según relatan los familiares de Yépez Giménez, el hombre estaba en la parte de afuera con un hermano y su madre cuando llegó un muchacho delgado con una edad comprendida entre los 18 y 20 años de edad, tenía una gorra puesta y un suéter oscuro con capucha, abordó a los presentes y le solicitó el teléfono celular a Yépez Giménez. El dijo que no tenía, el delincuente levantó su mano,con la cual empuñaba una pistola y apuntó a su madre, haló del gatillo y no salió el proyectil, el arma se habría encasquillado. Lo hizo una segunda vez y tampoco se accionó.
En ese instante, los hermanos en compañía de un cuñado, tuvieron la intención de perseguir al delincuente, quien comenzó a correr. Yépez Giménez agarró unas botellas y se las cuales lanzó, pero el delincuente se volteó y una vez más haló del gatillo, en está oportunidad el proyectil salió y derribó a Yépez Giménez, quien se desplomó frente a su casa.
Los presentes corrieron para socorrerlo y esto le dio oportunidad al criminal de escapar. El señor fue trasladado hasta el ambulatorio de La Paz, pero no soportó la herida y en el centro asistencial falleció.
La víctima era mecánico de gandolas, tenía más de doce años trabajando en Concretos Lara, una persona muy respetada y querida, era el tercero de cinco hermanos y menor de los varones.
Con su muerte quedan tres niñas de 11, 9 y 4 años huérfanas de padre.
Todos sus familiares rompieron en llanto en el momento en que su cuerpo era trasladado hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, no podían creer como la delincuencia les arrebataba de su lado a una persona trabajadora.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), comenzaron con las investigaciones de ambos casos, los familiares de las víctimas esperan que los efectivos puedan lograr esclarecer los homicidios en el que perdieron la vida dos personas inocentes.
“Mamá yo voy a estar pendiente de ti”
Jean Carlos Rodríguez Rodríguez (19), estaba residenciado en la calle 2 entre carreras 9 y 10 del sector Brisas de El Trompillo, el muchacho se ganaba la vida trabajando como barbero y además estaba sacando su cuarto año de bachillerato en el Inces. Era el menor de dos hermanos y el único varón.
La señora Lorena Rodríguez, comenta que su muchacho salió de su casa a las 7:00 de la noche, luego de bañarse y cenar. Al salir le dijo: “Mamá yo voy a estar pendiente de ti”, le pidió la bendición y salió.
Entre 2:00 y 3:00 de la mañana unas muchachas tocaron la puerta de su casa, le avisaban que su muchacho estaba muerto.
Sus amigos lo encontraron herido en el sector Alí Primera y lo trasladaron hasta las bases de misiones para que los funcionarios de la Guardia Nacional que allí estaban lo trasladaran a un centro asistencial, pero no quisieron salir, según denuncia la madre del joven.
Hasta ahora la señora Rodríguez desconoce porque asesinaron a su hijo.
En otro hecho ocurrido al norte de la ciudad le quitaron la vida a Ángel Segundo Suárez, de 54 años de edad, quien estaba residenciado en Santa Eduviges, en la parroquia El Cují, al norte de la ciudad.
Según los registros este crimen se cometió a las 11:00 de la noche del sábado. De esta manera, se contabilizan siete crímenes en siete horas en la entidad larense.
